"Estos malditos idiotas te van a hacer pagar hijo de puta!", rezaba un cartel colocado por los ultras de la Roma en el centro deportivo de Trigoria y en respuesta a declaraciones del presidente del club, James Pallotta.
Pallotta había calificado de "malditos idiotas" a los fanáticos de la Roma que provocaron la clausura de la Curva Sur del estadio Olímpico tras insultar a la madre de un hincha de Napoli asesinado antes de la final de la pasada Copa Italia.
El desprecio expresado hacia la madre de Ciro Espósito mereció el repudio de distintos referentes del deporte y la política y obligó al empresario estadounidense a cuestionarlo públicamente.
El gesto de Pallotta fue como "romper lanzas" definitivamente con los violentos de la parcialidad "giallorossa", que le declararon ahora la guerra al dirigente, generando alarma en torno a la seguridad del plantel que comanda Rudi García.
El empate con Torino de visitante este domingo que le permitió al clásico rival, Lazio, desplazar a Roma de su posición de escolta en el campeonato, hizo el resto y el clima en el club de la capital se enrareció por completo.
"Después de esto, la relación no tiene retorno", admitió hoy Fabio Capello, DT de la selección de Rusia, pero voz autorizada tras haberle dado a Roma su último "scudetto" (en 2000-01) y de convivir con los "ultras" sin haberle hecho jamás concesiones.
La tensión con Pallotta, que los fanáticos han venido alentando a través de las facciosas radios locales, explotó tras la sanción que clausuró por una fecha la "Curva Sur", el ámbito natural de los hinchas más radicalizados de la Roma.
En lugar de apelar la sanción, como ellos esperaban, Pallotta la aplaudió, al tiempo que trató de "idiotas" a los ultras del club, que le "devolvieron gentilezas" hoy con una bandera que anticipa tiempos aún más difíciles para el club "giallorosso".
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