lunes, 18 de mayo de 2015

En Riazor, "¡sí se puede!!"

Algo más de dos mil aficionados recibieron el autobús del equipo deportivista -17.20 horas- a su llegada al estadio de Riazor. Las aceras de enfrente a la del estadio estaban repletas de seguidores desde la glorieta de las Esclavas hasta la puerta de entrada de los futbolistas al estadio. "¡Sí se puede, sí se puede"!, entonaron todos los deportivistas que aguardaban la llegada del equipo. "¡Dale Dépor, Dé!", continuaron los seguidores, para finalizar, cuando ya los futbolistas habían accedido a las entrañas del estadio, con el habitual "¡es de primera, el Dépor es de Primera...!".
Cánticos que se repitieron en el interior del estadio durante el partido. Las gradas recibieron a los futbolistas con un mosaico blanquiazul que adornó todo el recinto. Los futbolistas salieron con la segunda equipación -la camiseta que representa la bandera de Galicia en conmemoración del Día das Letras Galegas-, aunque lucieron la titular en un partido tan trascendental. Por si las meigas.
La gente estaba eufórica, pero también se notaba mucha tensión en el ambiente, tanta que las calles próximas al estadio no se empezaron a poblar hasta la llegada del autobús con el equipo, poco más de hora y media antes de que comenzase el partido. Había confianza, pero también cierto recelo después de los últimos golpes recibidos en temporadas anteriores.
Y no faltó ese revés ya casi habitual para el deportivismo. La importante victoria sobre el Levante parecía carecer de valor. La grada abandonó el estadio como si se retirase de un funeral. Casi. De la misma manera que hicieron los futbolistas del campo cuando concluyó el partido. El Deportivo había cumplido, todos, jugadores y afición, pero en otros campos se produjeron unos resultados tan anormales que causaron una retirada también anormal del coliseo deportivista. "En fútbol no solo vale lo que se consiga en el campo", decían unos seguidores a escasos metros de Riazor.
La verdad es que el equipo blanquiazul esperó demasiado para hacer los deberes. Eso reprochaban también algunos. Que si los puntos perdidos ante... y citaban unos cuantos equipos. Que si se tardó demasiado en tomar decisiones -destitución de Víctor Fernández-. Había que buscar alguna disculpa. Aunque la ira iba dirigida hacia el centro y el Sur: que si Pina por aquí, que si Pina por allá. Porque resulta curioso que el Granada ganase los tres últimos partidos cuando antes lo había conseguido la victoria en cuatro y cuando en los últimos ocho solo había conseguido sumar tres empates. Había que justificar esa cierta frustración del deportivismo, ya muy cansado de que ciertas maniobras acaben llevando al equipo a Segunda División. Hay un juicio por un Levante-Zaragoza que salvó a los aragoneses en la última jornada y condujo a los blanquiazules a la categoría de plata.
"¡Sí se puede, sí se puede!", entonó el deportivismo antes de entrar en Riazor, al comenzar el partido y después del gol de Lopo. "Sí se puede, si nos dejan", comentó otro seguidor casi sin abandonar el campo. Acabó apelando a soluciones drásticas que afectan a otros equipos, que no son el Granada: Elche y Almería. "Lo único que nos salva es que le quiten los tres puntos al Almería o que sea cierto lo del Elche". EL TAS decidirá el próximo miércoles sobre los tres puntos de sanción que la FIFA le impuso a los almerienses, que el TAD le restituyó la pasada semana. En cualquier caso, será una decisión administrativa. Porque pocos confían en ese empate en el Camp Nou que le dé la salvación al Deportivo. Aunque el Barcelona sea campeón de Liga, pocos creen al equipo coruñés capacitado para empatar ante los azulgranas. "Hace unos años en una situación similar empatamos a cero. Yo iré al Camp Nou", anunció uno. Positivo.

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