jueves, 21 de mayo de 2015

Recreativo - Leganés




El miércoles lucía blanco y azul. Con la hermandad de Emigrantes ya en las arenas y en vísperas de la salida de Huelva hacia El Rocío, el estadio Nuevo Colombino presentó una escasa entrada en el partido del Recre frente al Leganés. Por la mañana, el Decano correspondió un año más a la hermandad de Emigrantes a su paso por el Nuevo Colombino. 
El consejero José Luis Martín fue el encargado de depositar las flores en la carreta del Simpecado. Hoy le tocará a Huelva a su paso por el recinto recreativista. Numerosos aficionados se darán cita para despedir a los peregrinos que realizan el camino. Muchas fueron las ausencias ayer en la grada por diversos motivos: lo atípico de un partido intersemanal y el camino hacía la romería rociera. Pero el vacío más notorio fue el de la grada de animación. Una estampa inusual de esta zona con la totalidad de sus asientos desocupados. Al bullicioso público lo sustituyó una pancarta que rezaba: "Si vosotros no corréis, nosotros no animaremos". De esta forma, la afición dejaba patente su exasperación y hartazgo con el conjunto albiazul, que sumaba hasta ayer seis jornadas sin ganar. A las que no les faltaron los aplausos fueron a las jugadoras del Fundación Cajasol Sporting. 
Las chicas salieron al césped del Nuevo Colombino en los prolegómenos del encuentro y pasearon la copa que acredita su última gesta: ser campeonas de España. El público le dedicó una gran ovación al club que ha llevado el nombre de Huelva a lo más alto del panorama nacional del fútbol femenino. Comenzó el partido con 3.203 espectadores en sus butacas. Como se podía leer en el cartel, la animación al conjunto albiazul por parte de la afición era escasa. No se escucharon los aplausos ni los gritos de apoyo. No obstante, el partido avanzaba y la intensidad de los recreativistas no cesaba a medida que pasaban los minutos. Las palmas iban siendo cada vez más frecuentes. Y llegó el gol. En el minuto 77, Caye Quintana anotó un tanto que cambiaría la actitud del estadio en su totalidad. De creer, aunque a ratos, en lo imposible. Y entonces volvieron los cánticos, los aplausos, los "Recre, Recre, Recre". A falta de cinco minutos para el final del partido, los miembros de la grada de animación bajaron de la tribuna y ocuparon sus butacas. Los jugadores habían cumplido el trato, por lo que no faltó el aliento, agradecidos, con gritos de "Sí se puede".

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