martes, 8 de septiembre de 2015

Hinchas frente a rabinos

La ley rabínica es estricta. Nada de trabajar, encender el fuego o conducir un coche en Sabbat. Lo malo para muchos judíos que aman el fútbol tanto como a la providencia es que se pueden quedar ayunos de goles si se prohíbe el campeonato de liga para respetar el calendario religioso. Si el Gobierno no lo impide, a partir del 12 de septiembre todos los partidos, incluidos los jugados en las categorías juventiles, quedarán proscritos.
El fútbol siempre ha sido sagrado. También en Israel, para disgusto de los judíos ultraortodoxos. Hasta ahora nunca había sido un problema honrar a Dios con dar patadas a un balón. De hecho, en Israel muchos de los partidos del campeonato liguero se celebraban los sábados por la tarde, cuando el país se paraliza por mor de la tradición religiosa. Ya se sabe que desde la puesta de sol del viernes hasta al sábado por la noche nada se mueve en Israel.
Sin embargo, todo amenaza con trastocarse a raíz de una resolución de un tribunal de Tel Aviv que quiere prohibir la práctica del deporte rey en Sabbat. Curiosamente, los que pedían la adopción de tal medida no eran enemigos furibundos del fútbol, sino jugadores profesionales que quieren llevar a rajatabla la observancia de la fe. Su temor a que se continuara "desacralizando" el Sabbat compite, si no aventaja, a su celo deportivo. "Todo depende ahora del ministro de Economía, Aryeh Deri, el único competente para acordar derogaciones para las actividades autorizadas durante el Sabbat", dijo Eitan Dotan, portavoz de la Asociación de Fútbol de Israel. La federación y la liga amagan con una huelga si no se llega a una solución.
La decisión se prevé complicada. Aunque Aryeh Deri es el jefe del Shas, un partido ultraortodoxo que apuesta por una aplicación escrupulosa de la ley judía, la idolatría del balón es casi tan universal como los designios divinos, además de que hay muchos intereses en liza.
El Ejecutivo israelí se devana los sesos por satisfacer a las dos aficiones. La decisión tendrá que ser salomónica, de esas que toman los gabinetes de crisis. Por de pronto, el viceministro de Hacienda, Yitzhak Cohen, que milita también en las filas del Shas, ha propuesto aplazar los partidos al domingo, que en Israel es laborable. Una opción que disgusta a la federación de fútbol, dado que no hay suficientes terrenos de juego para acoger los diferentes enfrentamientos. En un 80% de los casos, los duelos futbolísticos se dirimen en tiempo de Sabbat. Los dirigentes federativos argumentan que jugar los partidos en sábado es anterior incluso a la fundación del estado de Israel, en 1948. Además aducen que si se juega en Sabbat, los aficionados, entre los que hay muchos soldados y adolescentes, pueden acudir a los estadios por ser día de descanso. "El fútbol entra en la categoría de evento cultural y, así como un cine o un restaurante pueden abrir sus puertas en sábado, también nosotros debemos poder jugar", dice Dotan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario