El defensa Muhammad Ali Kahn, del Halmstad, equipo de la máxima categoría del fútbol sueco, ha recibido amenazas de muerte contra él y su familia tras marcar un gol en propia puerta que ha supuesto el descenso de su equipo. El tanto de Kahn certificó la derrota de los suyos por 0-1 en el encuentro correspondiente a la jornada 28 de la Allvenskan que disputaron el Halmstad y el AIK este domingo. El caso ha sido denunciado a la policía, que ha ofrecido protección al jugador, según ha confirmado la directiva del club.
Kahn, sueco de 26 años y origen libanés, marcó en el último minuto del tiempo añadido y no solo envió a su equipo a la Superettan, segunda categoría, sino que también mantiene con vida al AIK en la lucha por el título de Liga a falta de dos jornadas. "Entiendo que la gente esté muy triste, pero mi límite llega hasta que se amenaza de muerte a mi familia", ha declarado al diario 'Expressen' el jugador.
Apoyo por parte del club y compañeros
El zaguero ha denunciado que varias personas lo han llamado para decirle que ni él ni sus allegados están seguros. Kahn ha expuesto los hechos en la red social Twitter, donde en las últimas horas ha recibido el apoyo de jugadores de otros equipos de fútbol de este país nórdico.
"Mohammed va de camino a un sitio donde se siente seguro. Para nosotros lo que importa es preguntarle qué podemos hacer por él", ha declarado este lunes el presidente del club, Tony Karlsson, en una entrevista concedida a la televisión pública SVT. "Son unos hechos muy desafortunados", ha afirmado.
Antecedentes similares
La situación vivida por Ali Kahn no es el primer caso de amenazas a futbolistas. El más grave concluyó con la muerte de Andrés Escobar. El 22 de junio de 1994, en el encuentro que disputaban Estados Unidos y Colombia en el Mundial, el defensa colombiano se convirtió en el triste protagonista al anotar un gol en propia puerta. Tras recibir amenazas, fue encontrado muerto 10 días más tarde tras ser tiroteado en una discoteca de Medellín.
En Grecia, en el 2013, el gol en contra que supuso el descenso del AEK Atenas provocó que los ultras del club griego saltaran al campo con la intención de agredir a sus propios futbolistas, que consiguieron escapar hacia el túnel de vestuarios.
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