La Policía de Córdoba informó que esta madrugada fueron detenidas más de 170 personas, hinchas de Rosario Central, tras el partido frente a Boca de la final de la Copa Argentina. Fueron demorados por distintas contravenciones y luego de tomarles declaración y ser identificados fueron dejados en libertad. Varios micros fueron escoltados por patrulleros para que no se registren incidentes con hinchas de Boca, que también volvieron por la ruta 9. El operativo policial estuvo a la altura del partido.
La Policía además constató los destrozos que efectuaron los simpatizantes de Central en la tribuna Daniel Willington, donde rompieron varios acrilicos. El informe será elevado a los organizadores de la Copa Argentina para que se hagan cargo de los daños y la Agencia Córdoba deportes, administradora del estadio, será indemizada como ocurrió cuando hinchas de Talleres cometieron desmanes hace unos meses en esa misma tribuna.
Controles ubicados en las populares y plateas detectaron un sinnumero de entradas falsas. Por eso es que el estadio estuvo desbordado, teniendo en cuenta que los organizadores informaron a la prensa la venta de 50 mil entradas, cuando en realidad se estima que hubo más de 55 mil espectadores en el Mario Kempes. La Policía de Córdoba está investigando la denuncia de los controles, pero la organizacion no se manifestó al respecto.
Los vecinos del estadio se quejaron por la suciedad que quedó en las adyacencias del Kempes: botellas de gaseosas, cerveza, papeles y residuos de todo tipo fueron diseminados por gente de Central y de Boca.
La final de la Copa Argentina se definió con un 2-0 para Boca en medio de un polémico arbitraje de Diego Ceballos y uno de sus colaboradores, Marcelo Aumente, quienes fallaron en favor del equipo de Rodolfo Arruabarrena en dos jugadas que fueron decisivas para el resultado: le sancionaron a Boca un penal que no fue y no le anularon un gol por posición adelantada (de Andrés Chávez, el segundo).
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