miércoles, 9 de diciembre de 2015

La afición colchonera sí que dio ‘Da Luz’

No fueron los más de 40.000 hinchas del Atlético de Madrid que hace un par de años se desplazaron a la capital de Portugal para ver en este mismo estadio la final de la Liga de Campeones ante el Real Madrid, pero sí que fueron 800 valientes colchoneros los que acompañaron al equipo rojiblanco en Da Luz para este decisivo choque ante el Benfica.
La afición colchonera que se desplazó a Lisboa, muchos de las peñas de Extremadura y muchos de la capital que aprovecharon el puente festivo para pasar unos días en la preciosa capital portuguesa. Se temía un partido blindado por los incidentes que se produjeron en el choque de la primera vuelta, en el Vicente Calderón, donde los ultras benfiquistas encendieron bengalas y las lanzaron a la grada de seguidores colchoneros (varios de ellos tuvieron que ser atendidos, incluso un niño de dos años), pero lo cierto es que seguridad hubo, pero sin paranoias. Controles a la entrada, un poco más exhaustivos y a ver el fútbol, que era de lo que se trataba.
La afición del Atlético se ubicó en el mismo fondo que le tocó en la dichosa final de la Champions, en el Gol Norte. En la previa del choque de este martes, el equipo de Simeone ya se había echado hacia ese lado en el entrenamiento. Ni ganas de ver la portería de infausto recuerdo en la que Ramos marcó el gol aquel día, suponemos. Mientras los equipos calentaban sobre en la megafonía avisaban de que el uso de elementos pirotécnicos acarrearía multas al club. Lo comentaron en portugués y español y algún aficionado en la grada decía con sorna: “¡Ahora, qué cachondos!”.
Pero muy seguros no debían estar los rectores del club lisboeta de sus ‘cívicos aficionados’ porque lo repitieron en varias ocasiones no fuese a ser que alguno se le olvidase. Y en la siguientes ya no eran sanciones al club (sobre el que pesa el cierre de su estadio, por lo de Madrid, si la vuelven a liar) sino sanciones “severas de la UEFA”.
El Benfica quería ganar la ‘guerra psicológica’ y cuando los 800 irreductibles del Atlético silenciaban Da Luz con sus cánticos, la megafonía del estadio subía los decibelios sospechosamente. Pero claro, eso fue en los prolegómenos porque cuando marcó Saúl en el 33’ y posteriormente Vietto en el 54’ no había altavoces ni rivales que silenciasen a los hinchas colchoneros que lo celebraron a conciencia. Más tímidos cuando Mitroglou puso el 1-2 y apurando los minutos finales en los que a algunos se les vino a la cabeza la angustia que se vivió hace unos meses en este mismo escenario en una de las noches más tristes de la reciente historia del club. Pero en este caso, el final fue feliz. La afición rojiblanca se tomó la ‘venganza pacífica’ de la derrota y los bochornosos actos vandálicos que la hinchada encarnada protagonizó en la primera vuelta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario