El Lugo enciende las alarmas

El próximo partido entre el Lugo y el Oviedo podría ser declarado de alto riesgo. La Comisión Antiviolencia resuelve mañana la petición elevada por representantes del club rojiblanco y de la Policía Nacional para que el partido que se disputa el sábado en el Ángel Carro (18.00 horas) cuente con las máximas medidas de seguridad. La solicitud se produjo a raíz de una reunión mantenida ayer en la Subdelegación del Gobierno entre representantes del club y miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado «ante la imposibilidad de controlar la venta de entradas», puesto que el Oviedo resolvió esta semana rechazar las localidades ofrecidas por el Lugo.

Implicaciones

Catalogar un partido como de alto riesgo no solo implica mayor presencia policial en el estadio. Conlleva además que el club se ciña a una serie de limitaciones en cuanto a la venta de entradas, sea más estricto en los controles de acceso al recinto y distribuya a la afición rival en diferentes zonas de la grada.

Presencia de aficionados «peligrosos», precedentes «negativos» entre aficiones o la rivalidad entre los clubes son algunos de los criterios que Antiviolencia ha tenido en cuenta para declarar otros partidos como de alto riesgo y que parece que podrían cumplirse en el duelo de este fin de semana. La visita del Oviedo se encendió a raíz del rechazo del Lugo a aceptar la solicitud del club asturiano de enviarles 3.000 entradas.

Los precedentes tensos entre ambas aficiones tuvieron su última réplica en el enfrentamiento de la campaña 11-12, con ambos equipos en Segunda B. Aunque la visita ovetense (2.000 seguidores) se resolvió entonces con más ruido que nueces.

Tensión en el «futbolín»

Momentos antes de que se iniciara aquel Oviedo-Lugo algunos carbayones que viajaron a la ciudad gallega sin entrada, ante el temor de quedarse fuera, empezaron a corear: «¡Esto no es un campo, es un futbolín!». Ya dentro del estadio, con el 1-2 en el marcador entonaron el famoso: «¡Que bote, que bote el futbolín!», la afición local les contestó con el 2-2 definitivo: «¡Hay que jugar en este futbolín!». Dos aficionados necesitaron atención médica y otro par fue desalojado.