“Nadie puede atar la lengua a las gentes” es una de las muchas frases que componen el famoso Don Quijote de La Mancha, de Miguel de Cervantes. Y algo parecido debe de pensar Florentino Pérez cuando se van sucediendo nuevas noticias sobre el Movimiento Ámbar. Porque este movimiento, que agrupa a más de 1000 socios madridistas dentro de la inmensa masa social de socios, compuesta por más de 90000, se ha convertido en una china en el zapato del presidente.
Para comprender qué exige este colorido movimiento, hay que entender dónde está su origen. El Movimiento Ámbar comenzó a actuar en el partido Real Madrid-Levante, con pocos efectivos, y propone llevar prendas amarillas a los partidos del Bernabéu (también puedes encargar una bandera del movimiento en sus redes sociales) en señal de protesta contra Florentino. Sobra decir que están en contra de la gestión del actual presidente blanco, de su figura blindada y de la falta de alternativas.
Algunos estatutos del club blindan la presidencia de Florentino desde 2012 (20 años de antigüedad como mínimo y un aval personal de un 15 por ciento del presupuesto de gastos). Y es algo que este movimiento también quiere cambiar para que puedan existir otras alternativas a la presidencia. Su campaña de protestas se extiende por sus perfiles en redes sociales, y una de sus iniciativas es tirar globos al aire, también amarillos, en el minuto 12 (el número de la afición).
Florentino y su directiva han notado que algo se está moviendo y han realizado acciones de contraprogramación. En días de partido, es habitual leer en Twitter cómo los encargados de la seguridad del Bernabéu arrebatan pancartas a los aficionados madridistas disconformes con Florentino. Pancartas, carteles, bufandas…todo lo que conlleve un mensaje contrario al presidente, no es bien recibido en el templo blanco. Además, la Grada Fans de animación, alineada con la postura presidencialista, se encarga de acallar cualquier tipo de protesta en el minuto 12. Y, por último, desde la cúpula se ha intentado desde un principio relacionar al Movimiento Ámbar con los exiliados Ultras Sur, el grupo radical blanco, que también es crítico con el presidente.
Sin embargo, cada vez son más los socios que se unen para esta difícil empresa. Asociaciones como ‘Socios del Real Madrid’, que tiene web, y piden transparencia al club haciendo que se haga público el sistema de elección de los órganos sociales, ya sean los socios Compromisarios (los que votan en la Asamblea) o los que pertenecen a la Junta Electoral. O como ‘Plataforma Blanca’, liderada por Eugenio Martínez Bravo, que intentó ser candidato a la presidencia en la última convocatoria de hace dos años, pero no consiguió los citados avales por los 75 millones que le exigía la modificación de los requisitos de acceso a la presidencia; se suman a este Movimiento Ámbar. ‘Valores del Madridismo’, presidida por Carlos Mendoza, también se alinea con él.
Podría decirse que esta colorida iniciativa quiere emular al surgido en Manchester hace unos años en contra de los Glazer, propietarios del club. Entonces, los llamados Manchester United Supporters Trust (‘Aficionados del Verdadero United’) tiñeron Old Trafford de verde y amarillo, colores originarios del equipo, en acto de protesta contra los dirigentes. Sus bufandas se convirtieron en una prenda de rebeldía y protesta, se vendieron miles en muchos países, y sus manifestaciones, siempre pacíficas, fueron retransmitidas por los medios de cabecera europeos.
El Movimiento Ámbar ha alzado la voz y, ayudado por la mala racha del equipo con Benítez; los escándalos extradeportivos de algunos jugadores y la irrisoria expulsión de la Copa del Rey, va ganando adeptos. Sin embargo, el ascenso de Zinedine Zidane al banquillo del primer equipo y el, a priori, encauzamiento de juego y resultados, ha frenado un poco el crispamiento del aficionado blanco.
El pasado 18 de diciembre saltó la noticia de que el Movimiento Ámbar quería presentar una moción de censura contra Florentino Pérez y, para ellos, necesitarían la aprobación de 210 asambleístas. El futuro de este movimiento es incierto y, seguramente, su éxito y crecimiento irán unidos al crecimiento y éxitos deportivos del equipo capitaneado por Zidane.
Pero de lo que no hay duda es de que ha surgido una voz alternativa dentro del madridismo, una voz crítica con Florentino Pérez, el cual tiene en Zinedine Zidane su último escudo antes de que la mayoría de la afición gire su cuello hacia el palco. Les guste o no, la gestión de Florentino Pérez y el del Movimiento Ámbar van unidos de la mano, pero de manera inversamente proporcional, claro.
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