Desde el crimen de Francisco Javier Romero Taboada, 'Jimmy', en las inmediaciones del Vicente Calderón hace ya 15 meses y medio, el Atlético de Madrid y el Deportivo han jugado dos veces en Riazor, pero no han vuelto a enfrentarse en el estadio rojiblanco. Lo harán este sábado en la vigesimonovena jornada de Liga, pero en esta ocasión, en teoría, los ultras del Frente Atlético no se encontrarán ni en el Calderón ni en sus alrededores con los de Riazor Blues. Mientras los radicales del Deportivo proclaman que «el fútbol sin los hinchas no es nada» y denuncian «el maltrato al aficionado por parte de quienes rigen los destinos de este país y de este deporte», la Federación de Peñas del club gallego ha decidido vetar la asistencia de aficionados blanquiazules al recinto colchonero.
«Ese estadio no debe disfrutar de nuestra presencia», es la justificación que da la agrupación de aficionados del Deportivo para no gestionar solicitudes de entradas para el partido contra el Atlético ni organizar viajes a Madrid, donde a finales de enero se celebró el juicio por la muerte de Jimmy. Los Riazor Blues quisieron agradecer el miércoles a la Federación de Peñas y, en especial, a dos de ellas con sede en la capital de España (Centenariazo y Chamberí Branquiazul) no acudir al Calderón, a la vez que, con la etiqueta #JimmyVive, se considera «vergonzoso» que el presidente del club, Tino Fernández, se siente en el palco del Calderón. La Peña Deportivista Centenariazo, la única de la entidad gallega con dos sedes, en La Coruña y Madrid, ha comunicado que no asistirá al estadio del Atlético ni solicitará ni facilitará entradas para el encuentro «en protesta ante la impunidad por el asesinato de Jimmy».
Ninguno miembro de los Riazor Blues debería por tanto tener acceso a una localidad para acudir al Calderón. Al menos, esta vez, al contrario que para el partido del 30 de noviembre de 2014, las entradas a los ultras blanquiazules no serán facilitadas por la Federación de Peñas del Deportivo. «Son por todos conocidos los graves incidentes ocorridos en la última visita a este estadio y todo lo que posteriormente sucedió, hechos que hacen que este sea el único campo en el que tomaremos esta decisión. Siempre animamos a todo el deportivismo a realizar viajes y apoyar al Deportivo allá donde juegue, pero en este caso optamos por lo contrario», proclama dicha agrupación que el pasado 23 de febrero ya mostró su «repulsa absoluta» a que el mural en recuerdo a Jimmy fuese manchado con pintura roja.
Un único culpable de homicidio
El principal acusado en el juicio, un menor, fue condenado a mediados de febrero a seis años de internamiento y dos de libertad vigilada, al ser declarado culpable de los delitos de «homicidio, riña tumultuaria y tenencia ilícita de armas». Él fue el único imputado por homicidio por parte de la justicia, aunque la Policía detuvo a cuatro mayores de edad como presuntos autores de la muerte de Jimmy, excarcelados posteriormente al estimar el magistrado que se había producido una equivocación.
La Policía, sin embargo, puso a disposición de la justicia nuevas pruebas que, según el Ministerio del Interior, corroboran la hipótesis de que, las personas a quienes detuvieron e imputaron los agentes, fueron los autores materiales del crimen. A la espera de que se pudiera aclararse en el futuro un caso demasiado confuso y mientras los Riazor Blues no dejan de reclamar «justicia para Jimmy», en el caso de los otros dos menores juzgados, a uno de ellos se le impuso un año de libertad vigilada por delitos de riña tumultuaria y de tenencia ilícita de armas, y a otro 60 horas de trabajo por un delito de riña tumultuaria.
Según la Policía, después de que los ultras del Deportivo y el Atlético se citasen por WhatsApp para pegarse con palos de hierro, bates y defensas extensibles, entre otros objetos, Jimmy no fue el único miembro de los Riazor Blues a quien los del Frente Atlético lanzaron al Manzanares. Según las fuerzas de seguridad, anteriormente, el mismo grupo de sospechosos a quienes se considera autores materiales de su muerte, también arrojó al río a otro hincha, más fuerte que el fallecido. «¿Tú has visto caer al tío al agua?». «Sí tío, hemos tirado a tres». «¿No habrás tirado tú al pavo no?». «Sí tío», se refleja en una conversación analizada por los investigadores de un caso «con numerosas irregularidades», según denuncian los Riazor Blues.
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