El Celta contenta a la Liga y enfada a sus aficionados con los controles

Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), está satisfecho con la inquina con que el Celta lleva a cabo sus medidas de control de acceso al estadio de Balaídos, las mismas que han generado contestación entre una parte creciente de la afición celeste, quien considera que es tratada como un colectivo violento y, en ocasiones, peor que peñas rivales con historiales de violencia. Esa satisfacción quedó reflejada ayer en el escrito con el que la LFP hacía balance de lo sucedido el pasado sábado antes, después y durante la disputa del derbi que enfrentó al conjunto vigués con el Deportivo en el estadio vigués.

Con todo, esa capacidad del Celta para cumplir con especial fruición las normas fijadas desde la Liga no evitarán, presumiblemente, sanciones económicas para la entidad, ya que ésta ha denunciado ante la Comisión Antivolencia "cánticos que incitan a la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte" habidos durante la disputa del mencionado derbi. Eso sí, alaba las medidas de prevención tomadas por el club vigués, entre ellas especialmente los controles fijados en las puertas.

Así, señalan que "por parte del club local se extremaron las medidas en los controles de acceso, estando muy pendientes de no permitir el acceso de bufandas con textos 'antideportivistas' o 'Celtarras'". Además, añaden que "en las puertas de acceso al estadio se realizaron exhaustivos registros de aficionados, así como control del contenido de bultos (mochilas, bolsos, mochilas …), estableciéndose distintos filtros de seguridad, y siendo más incisivos si cabe en el acceso de la afición visitante". Para por último afirmar que "se examinaron en los accesos todas las banderas y pancartas, no permitiéndose la introducción en el recinto de ninguna pancarta reivindicativa, siendo retenidas pancartas con textos de 'Jimmy vive'", en este caso en la afición deportivista.

En cuanto a los cánticos, la misiva de la Liga se refiere únicamente a dos momentos puntuales, uno por bando. En el minuto 68, cuando la afición deportivista, a la que describen como "unos 150 aficionados visitantes, identificados tras una pancarta con el texto "BLUES", ubicados en la grada Río Alto", empezó a corear "puta Vigo, puta Balaídos". Y ya en el minuto 88, "una multitud de aficionados locales, cuya ubicación se distribuye por todo el graderío del estadio, durante aproximadamente 10 segundos cantaron, de forma coral y coordinada, "puta Coruña, puta Riazor". Estos cánticos traerán consigo, muy posiblemente, sanciones económicas para el club.

Mientras, en parte del celtismo se extiende la sensación de malestar no tanto por los registros que se llevan a cabo, sino por su aplicación arbitraria en ocasiones, cuando no errática. El último capítulo, el hecho de requisar una manta con calaveras.