jueves, 12 de enero de 2017

19 señalados por el recibimiento al equipo tras la derrota en Anoeta

La Comisión Antiviolencia ha propuesto multar contundentemente a 19 aficionados que estuvieron en el recibimiento hostil que tuvo el Valencia CF tras perder en Anoeta el pasado 10 de diciembre. La Comisión propone una severa multa de 4.000 euros y prohibición de acceso a recintos deportivos durante 2 años a cada una de las 19 personas que encendieron bengalas, un bote de humo e increparon a los jugadores del Valencia y golpearon el vehículo de la expedición oficial a su regreso del partido ante la Real Sociedad. 
Tras aquella dura derrota del Valencia CF, muchos aficionados decidieron esperar al equipo a las puertas de la Ciudad Deportiva de Paterna para demostrar su enfado y disconformidad con la crisis de resultados. 
Unos 80 aficionados ultras del equipo valencianista recibieron a los jugadores con bengalas, banderas y al grito de Jugadores mercenarios, esta camiseta no la merecéis. Los futbolistas accedieron a las instalaciones donde debían recoger sus coches para regresar a sus casas. Los aficionados allí desplazados estaban dispuestos a esperar el tiempo necesario para increpar a los futbolistas, a modo de repulsa. 
Las instalaciones deportivas estaban gobernadas por un amplio dispositivo policial que crecía con el paso de los minutos. Por espacio de una hora, los jugadores permanecieron en el interior de la Ciudad Deportiva de Paterna pues no querían pasar por el mal trago que les esperaba fuera. Mientras tanto, los ultras entonaban sus cánticos en contra de los jugadores en un intento de trasladarles el perjuicio de que están suponiendo para una entidad casi centenaria como es el Valencia CF. El único que se salvó fue Cesare Prandelli a quien los ultras vitorearon y corearon su nombre. 
Pasadas las 23:00 de la noche y cuando los jugadores llevaban más de una hora esperando, el refuerzo policial permitió una escolta suficientemente amplia para controlar a todos los aficionados allí presentes. Fue entonces cuando los jugadores se atrevieron a salir con sus coches, todos en fila. Algunos de ellos salieron con el rostro tapado. 
Sin duda, el ambiente tan duro que se vivió en Paterna aquella noche, puso de manifiesto la fractura entre una afición que está sufriendo y un club y un equipo que no dan la talla. 

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