El juez único de competición suspende a Raúl Sánchez Borrego durante dos años aplicando el artículo 68.2 por conductas contrarias al buen orden deportivo. Es la sanción mínima posible, el máximo eran cinco años
El ya expresidente de la Unión Deportiva Santa Marta, Raúl Sánchez Borrego, ha sido inhabilitado por la Federación de Fútbol de Castilla y León durante dos próximos años. Así lo ha determinado el juez único de competición tras los hechos acontecidos el pasado sábado durante el partido de Liga Nacional entre Santa Marta y Cultural Leonesa.
Cabe recordar que Raúl Sánchez propinó una patada en la cara a un aficionado leonés, como se ha visto claramente en un vídeo difundido por La8 León o en el fotograma publicado por SALAMANCA24HORAS, hechos por los que será juzgado por vía penal al estar acusado de daños y lesiones leves.
Mientras se resuelve esta vía, la justicia deportiva ya ha resuelto el caso. Así, se aplica el artículo 68.2 por conductas contrarias al buen orden deportivo, estableciéndose una suspensión de 24 meses.
Los hechos quedaron reflejados en el acta, donde se decía textualmente: “En el minuto 65 de partido, cuando el juego se encontraba detenido debido a que un jugador del equipo local estaba recibiendo atención médica sobre el terreno de juego tras un choque fortuito con un jugador del equipo visitante, se produjo una pelea en la grada en la que participaron aficionados y directivos de los dos equipos. Según me informa mi asistente número 1, el conflicto se originó entre un aficionado del equipo visitante y el presidente del Santa Marta, Raúl Sánchez Borrego".
El agredido es el padre del número 4 de la Cultural, según informa la Guardia Civil al árbitro al finalizar el encuentro, personándose en el vestuario. Y continúa el acta: "Tras discutir verbalmente durante unos instantes, este último (el presidente del Santa Marta), ubicado en los graderíos, propinó una patada en la cara al aficionado del equipo visitante, que se encontraba en la parte baja de los graderíos, originando un tumulto en el que se vieron involucrados varios aficionados de ambos clubes, no pudiendo precisar si hubo más agresiones o incidentes".
Los efectivos de la Guardia Civil personados en el vestuario arbitral comunican que el agredido tuvo que acudir a un centro de salud para ser tratado de las lesiones sufridas en el rostros, tramitándose denuncia del suceso. Debido a todo esto, el encuentro tuvo que estar detenido por espacio de siete minutos, no produciéndose más incidentes de ningún tipo hasta la conclusión del partido.
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