viernes, 3 de febrero de 2017

La ultraizquierda campa a sus anchas

Cada vez menos, es cierto, pero la ultraizquierda, ahora la de los Bukaneros del Rayo Vallecano, sigue abusando, insultando, coaccionando o acosando con notable tranquilidad, en la seguridad de que lo suyo será visto como libertad de expresión, y no como lo de los ultras del otro lado, los asaltantes de Blanquerna, por ejemplo, que acaban en la cárcel.
Eso explica lo que han hecho los ultras del Rayo Vallecano con el jugador ucraniano Roman Zolzuya. Con la acusación de que es “nazi”, lo han echado del club. Ellos llaman nazis a los nacionalistas ucranianos que apoyan a Ucrania en su guerra con Rusia, es decir, con Putin, porque si la guerra no fuera contra los herederos del régimen comunista, por supuesto, no lo cuestionarían.
Lo grave de este caso es que el propio club haya cedido a los ultras, que hasta los apoyen otros muchos aficionados y que haya bastantes periodistas intentando “entender” las razones de estos radicales violentos, cosa que seguro no se molestarían en hacer si los ultras fueran del otro signo. Por ejemplo, Diego Torres en El País, que resume la actuación del Rayo escribiendo que “las principales agrupaciones de aficionados de Vallecas y numerosos empleados del Rayo coinciden en repudiar al jugador ucranio por su exhibicionismo nacionalista”. Como si fuera perfectamente natural y comprensible…
Hasta ha salido otro ultra conocido por sus posiciones favorables a diversos grupos terroristas, el rapero Pablo Hasel, deseando que se estrelle el avión del Betis. Y es que todo el equipo del Betis con Joaquín al frente ha salido en defensa de Zolzuya al igual que el presidente de la liga, Javier Tebas. Esas son las buenas noticias del caso.
Ahora falta que los jueces pongan freno de una vez a esta ultraizquierda que campa a sus anchas y que el conjunto de la sociedad los trate al menos con la misma severidad que a los ultras del otro bando.

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