viernes, 8 de septiembre de 2017

El brutal deporte que practican los ultras del este de Europa

Un deporte de combate mixto que reúne a diez hombres en peleas grupales. Este es el TFC, Team Fighting Championship, la competición más brutal en el mundo de las artes marciales. La competición no es popular más allá del este de Europa, aunque ha despertado mucha curiosidad en las redes sociales
Se trata de un MMA (artes marciales mixtas) en formato de equipo con una regla sencilla – el combate dura hasta que el último adversario ha caído. Los luchadores forman una línea codo a codo con sus compañeros y cuando suena la campana se lanzan sobre los adversarios. La brutalidad empieza cuando alguien se desmaya o se rinde, pues el luchador que ha ganado el duelo debe ayudar a los miembros de su equipo. Esta ayuda se puede traducir a que el primer vencedor del duelo pueda correr y patear el adversario en la cabeza, que se encuentra desprevenido por estar enfrentándose a otro, o incluso acercarse por las espalda y ahogar a su oponente.
La ayuda a los compañeros hace que la proporción del combate de cinco contra cinco se reduzca.El fin del combate se decide entre un superviviente desafortunado peleando, a veces, contra cinco adversarios. Al poder utilizar prácticamente cualquier tipo de arte marcial, es inevitable que haya pisotones o incluso que los luchadores se lleven patadas en la cara mientras están siendo extrangulados.
Las reglas
La regla que diferencia a este deportes de otras modalidades es la presencia de cinco árbitros dedicados a salvar la vida de los que no están en condiciones de combatir. El peso colectivo de los cinco luchadores de cada equipo debe ser como máximo 550 kilos. No hay límite de tiempo y la victoria es para quien logra noquear a su último oponente.
Los equipos cuentan con diez miembros para sustituir a los heridos mientras avanzan las peleas que se realizan en un almacén de Letonia, ciudad sede la organización, vacío y sin público, dentro de una arena de 40x40m. Las reglas de luchas son las mismas que el precursor del UFC, el campeonato de Japón de artes marciales mixtas PRIDE Fighting Championship donde no se puede dar cabezazos, mordiscos, escupir o golpear en la ingle o en la nuez. Todo lo demás está permitido.
El formato del torneos es por rondas, por lo que los equipos compiten múltiples veces en un día. El equipo ganador obtiene 5.000 euros y el subcampeón 2.500.
Los equipos
En los últimos campeonatos han participado equipos procedentes de Polonia, Rusia, Letonia, Estados Unidos y Brasil. Pero su éxito se extiende principalmente entre los ultras de equipos de fútbol del este europeo que no esconden su identidad. Entre las agrupaciones ultras que han pisado la arena del TFC están los JungVolk (CSKA Moskva - Rusia), los Prague Boys (Sparta Praga FC-República Checa ), Wisemen (IFK Gotburg - Suecia), los Pyscho Fans (Ruch Chorzow FC - Polonia), los Hooligans de Arka (Polonia) y los Lech Poznan Holligans (Polonia).
Según la prensa internacional, los luchadores son alabados como héroes en el 'mundo hooligan'.
El campeonato solo se trasmite por televisión, y los espectadores pueden verlo pagando cerca de 8,50 euros por torneo.
Ni tan original
Este campeonato de peleas podría haber nacido inspirándose en la violencia de los propios ultras. En los últimos años estas organizaciones violentas han realizado quedadas para enfrentarse y han grabado dichas peleas para luego subir los vídeos a la red. La creación de un torneo con estas condiciones supondría hacer de las 'batallas campales' un evento oficial y dentro de las leyes.

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