domingo, 11 de febrero de 2018

El fútbol volvió a Port Said seis años después del desastre

Los primeros años de la segunda década del Siglo XXI fueron especialmente agitados en los países árabes. Parecía que el fútbol era el idioma universal que permitía a la sociedad escapar de la realidad, pero en Egipto no fue así.
En 2012, la denominada 'Primavera Árabe' estaba dando sus últimos coletazos. Las manifestaciones en Egipto habían ido desapareciendo poco a poco del día a día tras la caída de Mubarak. La paz social, sin embargo, no había llegado. Ni ha llegado a día de hoy.
En 2012, en Egipto seguía habiendo partidarios del nuevo régimen, y otros defensores del anterior. Cuando el 1 de febrero el Al Ahly visitó el campo del Al Masry en Port Said, quedó claro que el fútbol no era ajeno a la realidad política.
Fue la que se conoce como la Masacre de Port Said. Los ultras más radicales del Al Masry, contrarios al derrocamiento de Mubarak, invadieron el campo y comenzaron a lanzar botellas, piedras y hasta bengalas a los jugadores contrarios y hacia la grada ocupada por la hinchada rival, del Al Ahly, favorable a la 'Primavera'.
Éstos, presa del pánico, huyeron causando avalanchas humanas. Fallecieron 72 aficionados, algunos lanzados al vacío por los ultras del Al Masry. 72 asesinatos que, tras seis años, ha dejado a muchos familiares de las víctimas con la sensación de que se ha hecho poco por hacer justicia.
Hubo 70 acusados por lo sucedido, y de ellos 21 fueron condenados a pena de muerte por los asesinatos. Las protestas por la decisión dejaron otros 30 muertos en las calles de Egipcio.
Seis años y diez días después, el estadio de Port Said volvía a albergar un partido de fútbol oficial. Fue el Al Masry contra el Green Buffaloes de Zambia, un partido de los treintaidosavos de final de la Copa Confederación de la CAF.
Ganó el Al Masry por 4-0, pero para muchos aficionados lo realmente importante fue poder volver a ver a su equipo en su estadio. Los aficionados del club esgrimían en su defensa que ellos no eran culpables de la matanza cometida por los radicales.
El fútbol egipcio declaró la guerra al 'hooliganismo' hace tres años, cuando el Gobierno prohibió los movimientos ultras dentro del fútbol. Desde entonces, el deporte rey en Egipto se vive un poco menos intensamente, pero de una forma más saludable.
Destacar, además, que la tragedia de Port Said supuso un antes y un después en la seguridad en los grandes acontecimientos de masas en el país africano, y desde 2012 el Gobierno regula el aforo máximo a este tipo de eventos. A éste, en concreto, se permitió el acceso de únicamente 10.000 espectadores.

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