lunes, 9 de abril de 2018

Detenido un miembro de Ultra Boys por agresión

Un miembro de los ultras del Sporting de Gijón, conocido como Ultra Boys, ha sido detenido en relación a una agresión producida en la madrugada del pasado sábado en un establecimiento de Gijón. Un grupo de diez jóvenes entraron a cara tapada en un bar de la calle Óscar Olavarría. 
Los implicados en el incidente iban armados con objetos contundentes e intentaron emprenderla con la clientela, resultando herido al menos un joven.El Delegado del Gobierno en Asturias, Mariano Marín, ha confirmado que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado siguen buscando a los responsables de los hechos, sobre los que caerá "todo el peso de la ley".
Un integrante del grupo Ultra Boys, seguidores radicales del Sporting de Gijón, ha sido detenido por su supuesta participación en el ataque a los participantes en una fiesta organizada por un club gijonés de Tercera División, el Unión Club Ceares. El detenido formaba parte de un grupo de una decena de personas, encapuchadas y con símbolos neonazis, que sobre la 1.30 de la madrugada del domingo asaltaron un bar de la zona vieja de Gijón armados con barras de hierro, martillos y mazas con los que golpearon a los clientes.
Como consecuencia de la agresión, uno de los jóvenes que organizaban la fiesta sufrió una brecha en la cabeza, de la que fue atendido en un centro de salud, tras lo que fue dado de alta. Otras personas que se encontraban en el local, algunas sin relación con el Ceares, sufrieron diversas contusiones.
Ya antes de la identificación de uno de los agresores como integrante de Ultra Boys, el concejal del Ayuntamiento de Gijón Mario Suárez del Fueyo, de la marca local de Podemos, había advertido de que “hay que acabar con la impunidad de los sectores más radicales de Ultra Boys porque cada vez se creen más dueños de la ciudad”.
El grupo Ultra Boys está considerado como uno de los más violentos del fútbol español. De ideología ultraderechista, sus miembros más radicales han protagonizado incidentes con aficiones rivales, especialmente en desplazamientos del equipo. Los ultras sportinguistas están próximos ideológicamente a bandas como el Frente Atlético, y entre sus enemigos declarados están los Riazor Blues del Deportivo de La Coruña. De hecho, según las investigaciones policiales, varios Ultra Boys participaron en la pelea que se saldó con la muerte de Francisco Javier Romero Taboada, “Jimmy” en los alrededores del Vicente Calderón antes de un Atlético Madrid-Deportivo el 30 de noviembre de 2014.
El Unión Club Ceares es una rareza dentro del fútbol modesto asturiano. En 2011, cuando corría riesgo de desaparición, un grupo de jóvenes del barrio se hizo cargo de la directiva. Desde entonces, además de competir con holgura en Tercera División, el Ceares destaca por su implicación en causas solidarias, la difusión de la cultura, con iniciativas como concursos literarios, y la promoción del fútbol femenino. Los dirigentes del Ceares se declaran admiradores de fútbol británico, con guiños como el cartel que da la bienvenida a su campo: “Esto ye La Cruz”.
Fue un brutal ataque, con barras de hierro y, al menos, un martillo. Pasaba ya de la una y media de la madrugada cuando un grupo de unos diez encapuchados irrumpió en un bar de Cimavilla, en la calle Óscar Olavarría, donde disfrutaban de la noche, la música y los amigos cerca de medio centenar de personas. De repente, asistieron atónitos a cómo los agresores, que ya entraron al establecimiento con el rostro cubierto, la emprendían a golpes con todo aquel que se les ponía delante. Según narran varios testigos, gracias a una rápida reacción, algunos de los clientes del bar consiguieron arrinconarlos cerca de la puerta y, cuando los agresores se percataron de que avisaban a la Policía emprendieron una rápida huida. De hecho, no llegó a haber intervención policial porque, para cuando llegaron los agentes ya se habían marchado.
Por lo violento de la agresión cabría esperar más heridos de gravedad. Hubo varios, pero ayer solo se tenía conocimiento de la denuncia interpuesta por un joven, quien resultó entre los peor parados y precisó de atención médica -y varias grapas-, tras recibir un fuerte golpe en la cabeza con uno de los objetos contundentes que portaban los atacantes.
Muchos de los que se encontraban en el bar no creen que el ataque fuera casual. Justo la noche del sábado, aficionados de la Unión Club Ceares celebraban una fiesta en el local. Como cada año, decidieron celebrar la visita de los hinchas del inglés Stockport County, un equipo del sur de Mánchester cuya afición está hermanada con la del club gijonés. Pinchaban, esa noche, dos de sus directivos -uno de ellos, el presidente- y un socio. Por todo ello, creen que los atacantes tenían a los aficionados del equipo en su punto de mira. Sin embargo, otros clientes precisaron que la fiesta estaba abierta para todo tipo de público y aseguraron que cuando el grupo violento empezó a repartir golpes «no preguntaron a nadie quién era ni discriminaron: intentaron pegar a todo aquel al que podían».

La denuncia presentada en la Comisaría gijonesa aclara que la agresión comenzó «sin mediar palabra». También recoge, siempre según la versión de los denunciantes -al menos cinco personas firman el documento, entre ellas, el herido-, que cuando los allí presentes intentaron echar fuera del local a los agresores, «en un momento dado y debido a que hay dos puertas de acceso, la primera cerrada y la segunda abierta, quedaron atrapados en dicho espacio» y fue entonces cuando uno de los atacantes golpea al joven «con un objeto metálico». Consta también en la denuncia que el chaval pudo reconocer «sin género de dudas a su agresor, ya que lo había visto más veces en la zona de Cimavilla».
Varios avisos
Cuando el grupo fue expulsado del bar a la fuerza, continuó aporreando la puerta con objetos contundentes. Ese momento es, precisamente, el que quedó grabado en la retina de una de los testigos. «Cuando vimos lo que ocurría, mis amigas y yo pudimos protegernos tras la barra. El sonido del martillo y la barra contra la puerta, cuando intentaban volver a entrar, es algo que no olvidaré».
Cabe destacar que los denunciantes aportaron un vídeo en el que puede verse con claridad a alguno de los atacantes. La de los clientes del bar no fue la única llamada que recibió ayer la Policía. Otros ciudadanos les advirtieron de un grupo de unas diez personas que iba de un local a otro buscando pelea. Sin embargo, en ningún lado se habían registrado incidentes de gravedad.
Fuentes de la dirección del Ceares reconocen que el incidente mantiene preocupados a algunos de sus aficionados y consideran que, ahora, es de vital importancia que la Policía actúe con contundencia y el grupo agresor sienta «la presión» por lo acontecido. Será el único modo, lamentan, de dejar de ser su objetivo.

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