lunes, 28 de mayo de 2018

La escisión de los Celtarras colea

La peña Celtarras como tal está regularizada y bajo control del departamento de seguridad del Celta, ocupando habitualmente un lugar en la grada de Gol en los partidos de Balaídos. Pero eso no significa que quienes quedaron al margen de la legalización no puedan estar actuando por libre. 
Los dos últimos episodios violentos están separados por dos años: en abril del 2016 hubo un enfrentamiento con hinchas del Betis y el sábado volvieron a saltar a la luz con el suceso de Coruxo, cuando cuarenta individuos arrasaron el bar donde comían seguidores del Mérida. Antes, en el 2015 hubo otro enfrentamiento en Ferrol en un amistoso.
¿Existe como tal la peña Celtarras?
En el censo de peñas del Celta aparece una con el nombre de Celtarras, avalada en el registro de peñistas con nombres y apellidos de sus integrantes, en su mayor parte gente veterana del grupo. Todos accedieron en diciembre del 2014 a regularizar su situación, como demandaba la Ley 19/2007 a los clubes. Los que quedaron al margen de este acuerdo salieron del colectivo.
¿Hay presencia del colectivo en Balaídos?
El grupo regularizado y controlado por el servicio de seguridad de los partidos de Balaídos sí tiene presencia e incluso ha desplegado en más de una ocasión una pancarta con el nombre de la peña. Lo hacen en un sector concreto y reducido de la grada de Gol. A domicilio dejaron constancia en sus redes sociales de su presencia en los partidos en los estadios de San Mamés y Mendizorroza. 
En cuanto a los aficionados que no accedieron a la regularización, no hay constancia de que volviesen a hacer acto de presencia en el estadio, al menos como grupo.
5 heridos leves y 17 identificados tras la agresión antes del Coruxo-Mérida
El asalto a un bar de Vigo donde comían aficionados del Club de Fútbol Mérida se saldó con 17 celtarras identificados por la policía y ocho heridos. Lo curioso es que el Celta no jugaba contra ese rival sino que era el Coruxo, con el que los asaltantes no tienen ninguna relación. Según alguna fuente, los incidentes pudieron producirse tras una quedada por las redes sociales para saldar viejas cuentas entre radicales y ultras.
El incidente empezó a las 13.30 horas. Un grupo de 40 hinchas radicales celtarras estuvieron bebiendo en un bar de Canido y se encaminaron armados con palos cuadrados hacia la Tapería Mirambel. Iban a cazar aficionados del Mérida, club que se iba a medir esa misma tarde con el Coruxo en un decisivo encuentro de Segunda B, en un campo deportivo cercano. Los hinchas del Mérida los vieron llegar por la calle y rogaron al camarero y al dueño que bajasen la verja y cerrasen el portalón del patio para impedir la entrada de los alborotadores. Los asaltantes ocultaban sus rostros con pañuelos con dibujos de calaveras o llevaban caretas. Saltaron el portalón y arremetieron con palos contra la clientela sentada que comía. A su paso, rompieron mesas y vajillas. Un camarero que se encaró con ellos fue empujado. Tras causar los destrozos, huyeron. Ocho coches patrulla de la Policía Nacional, apoyados por la Local, peinaron la parroquia para buscar a los causantes de los disturbios. Cuatro contusionados fueron atendidos en una ambulancia.
Según relatan otras fuentes no oficiales, estos celtarras, cada vez que viene otro equipo con ultras, acostumbran a citarse entre ellos por las redes sociales para retarse y pelearse. A las 10.00 horas, los radicales celestes fueron a beber a la tapería y podrían haber quedado para pelearse. De hecho ya se han producido otros incidentes similares con anterioridad, sin que tenga nada que ver con el Coruxo, sino con aquellos equipos que tienen ultras. 
Sin embargo, no hay ningún indicio oficial ni testimonio que pueda dar validez a esta hipótesis de la quedada.Niños en el medioA la sobremesa, varias empleadas de la tapería barrían los cristales rotos de platos y botellas en el suelo. El dueño del bar, Daniel, relató que «más de 50 tíos con caretas de calavera y palos atacaron a gente que comía tranquilo, lo peor que se te pase por la mente, eso hicieron estos malvados». 
Uno de los camareros, Miguel Ángel Basalo, cuenta que los seguidores extremeños le dijeron: «Por favor, bajar todo que nos van a matar». Añade que «yo estaba cerrando el portal, subieron por encima, me empujaron y lo abrieron. Iban a por los chavales, los mazaron, habría ocho o nueve heridos. Les escuché insultarles, ellos ya saben por qué es. Ves mallar a la gente, fue una locura y te sentías impotente. Había niños en el medio y hubo que subirlos al piso superior».
¿Cuál fue el anterior altercado conocido?
Fue el 16 de abril de 2016 horas antes de un Celta-Betis en Balaídos cuando hay constancia de un último incidente entre ultras del cuadro vigués y del verdiblanco, aunque en aquella ocasión no saltó a la luz públicamente el nombre de Celtarras. 
La reyerta, en la que participaron al menos una treintena de personas, se solventó con tres heridos leves. 
Todo comenzó cuando los aficionados ultras del conjunto verdiblanco estaban en una de las terrazas de un bar de la Florida (situada entre dos edificios) cuando, según testigos presenciales, un grupo de radicales del cuadro vigués fue a su encuentro por varios frentes. Lo hicieron con lanzamientos de piedras y otros objetos y también con alguna agresión.¿Por qué surgió el incidente del sábado?
Una de las teorías apunta a las quedadas por las redes sociales de este grupo alternativo (al margen de la peña oficial del mismo nombre) para retarse y pelearse, pero hay quien también se hace eco de presuntas rencillas políticas con una guerra entre radicales vigueses y radicales de ultraderecha (Legiones Sur) del cuadro emeritense, algo que parece más complicado teniendo en cuenta que entre los aficionados del Mérida había niños, según comentaron testigos de la pelea.
¿De quién es la responsabilidad?
Javier Tebas, el presidente de la LFP, apunta a los clubes y a los organizadores de las competiciones para buscar mecanismos que acaben con situaciones así. «Creemos que somos responsables los clubes y los que organizamos. 
Desde el momento que el aficionado sale de su casa hasta que llega al estadio».

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