Un cambio de clima se respira en el calcio tras la reunión que mantuvieron en la sede del Ministerio del Interior los máximos dirigentes del fútbol italiano y las autoridades policiales sobre la violencia en los estadios. En la reunión, el fútbol recibió un guiño de las autoridades en materia de seguridad que tiende a normalizar la situación y que dependerá también de que no vuelvan a producirse hechos de violencia en las canchas. Después de casi dos horas de reunión, se acordó que Milan y Roma jueguen sin restricciones respecto de alguna de las parcialidades, situación que se repetirá en el clásico de la capital y también en Fiorentina-Napoli. La noticia seguramente llevará algo de alivio a los fanáticos napolitanos, a quienes se les impidió el acceso al estadio Olímpico, donde sólo los abonados de la Roma disfrutaron del electrizante empate en cuatro goles. Este tipo de situaciones, sumadas a las clausuras de parte de las tribunas de algunos estadios por desmanes o actos de racismo de los fanáticos, había puesto en pie de guerra a los clubes contra el ente a cargo de la seguridad en el fútbol.
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