domingo, 6 de enero de 2008

El espíritu de Puerta preside el derbi de la paz

El derbi más tranquilo de los últimos años tiene como punto de inflexión el espíritu de Puerta. Casi cinco meses después de su muerte, su recuerdo sigue presente y esta semana se ha agigantado. José María del Nido y Manuel Ruiz de Lopera han apelado a él para recordar a sus aficionados que en todas las familias sevillanas hay "abuelos, tíos, padres, hijos y primos que son del Sevilla y del Betis".
El resultado de esta ejemplar actitud de ambos dirigentes ha sido evidente: ni un roce, ni un incidente, convivencia pacífica, guasona (si no, esto no sería Sevilla), y poco interés de las televisiones, muy proclives a sacar la parabólica "por si pasa algo". Puerta lo ha conseguido. Sólo se ha hablado de fútbol.
Y en los banquillos, dos entrenadores sevillanos. Estudiosos, trabajadores, maniáticos, perspicaces, pero sobre todo, profesionales como la copa de un pino. En 1986 Chaparro fue ayudante del escocés Jock Wallace en el Sevilla y coincidió con Jiménez de jugador. De aquello se forjó una sincera amistad que sólo se quebrará durante 90 minutos.
Manuel Ruiz de Lopera no acudirá al palco del Sánchez Pizjuán porque se encuentra en el Quinario de la Hermandad del Gran Poder. Tampoco lo podrá ver por televisión ni escucharlo por la radio. Ha pedido que le graben el partido para verlo cuando finalice esta liturgia religiosa que comenzó el pasado día 1 y que concluye en la noche de hoy. Aunque no se lo crean, estamos en condiciones de asegurarles que de no mediar esta circunstancia, el consejero delegado bético habría acudido al Pizjuán. No les quepa ninguna duda.

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