Las cerca de 2.000 personas que viajaron desde Xàtiva hasta el Santiago Bernabéu para vivir con el Olímpic el sueño de jugar en este escenario el partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey acabó en una comprensible derrota para el equipo valenciano. Pero al menos toda esa afición desplazada a Madrid guardará el recuerdo de haber vivido esta experiencia.
Media hora antes de que diera comienzo el partido, esos centenares de aficionados ya poblaban la tribuna superior del fondo norte del estadio blanco, lugar reservado a las aficiones visitantes. Cánticos apoyando a su equipo, ovación para todos sus jugadores cuando salieron a calentar , ‘uys’ en un par de ocasiones que tuvo el Olímpic en los primeros minutos de partido y al descanso, un cántico que no gustó nada a la afición madridista que acudió al Santiago Bernabéu.
Durante el tiempo de descanso esta afición cantó al unísono eso de "¡Ole ole ole, Cholo Simeone!” el grito de guerra que ha hecho famoso la afición del Atlético de Madrid con su entrenador. Para contrarrestar esos incómodos cánticos, buena parte de la afición madridista les dedicó una sonora pitada para reprenderles por su actitud.
Ya en la segunda parte la afición del Xàtiva siguió viviendo su fiesta particular, aunque esta vez no hubo cánticos reseñables y que pudieran herir la sensibilidad del madridismo, y se dedicaron a ovacionar a los jugadores que el entrenador Toni Aparicio iba sustituyendo bien entrado el partido.
Lamentablemente para la afición del Olímpic no pudieron celebrar ningún gol de su equipo que les metiera en la eliminatoria, y eso que sus jugadores aguantaron en todo momento las acometidas y las ocasiones del Real Madrid en toda la segunda parte.
Una vez finalizado el partido y tras el habitual intercambio de camisetas entre los jugadores de ambos equipos, la plantilla al completo se dirigió a ese fondo para dar las gracias a sus 2.000 aficionados y, de paso, llevarse la última ovación en esta aventura copera.
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