Aunque la final de la Champions se juega en Lisboa los aficionados blancos que no puedan acudir a Da Luz tendrán la oportunidad seguir el encuentro rodeado de seguidores blancos desde las gradas del Santiago Bernabéu a través de una pantalla gigante.
Una vez sorteadas las cotizadas entradas para la gran final entre el Real Madrid y el Atlético del próximo 24 de mayo -sólo acudirán a Lisboa 13.000 de los más de 73.000 socios que lo solicitaron-, el club ha optado por abrir las puertas del coliseo blanco, donde los socios tendrán prioridad de entrada.
La idea de la directiva madridista es convertir la noche del 24 de mayo en una jornada inolvidable, en la que los aficionados puedan disfrutar con la consecución de la tan ansiada Décima, un trofeo que desde hace 12 años se le resiste al club que preside Florentino Pérez.
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