martes, 11 de noviembre de 2014

«¿Me expulsas? Te meto los dedos en los ojos y te mato»

Los árbitros siguen siendo un blanco fácil para jugadores y aficionados agresivos del fútbol regional. El último episodio, que haya trascendido, se vivió el domingo por la tarde en el campo del Volantes de Baño, un equipo del municipio coruñés de Muros que se enfrentaba al Castriz de Santa Comba. El colegiado, Gonzalo Belmonte, que no supera los 23 años, se vio inmerso en un altercado con el conjunto visitante, que acabó perdiendo 2-4. Y, entre otras cosas, tuvo que oír cómo un jugador expulsado le espetaba: «¿Me expulsas? Te meto los dedos en los ojos y te mato», según se recoge en el acta del encuentro.
El sainete vivido en el campo Eleuterio Valayo se inició en el minuto 79 con la expulsión del jugador número 7 del Castriz por doble amarilla. «Todavía sobre el terreno -se relata en el acta-, se encara conmigo y me da un cabezazo y me señala con el dedo y me grita: ?¿Me expulsas? Te meto los dedos en los ojos y te mato?, teniendo que entrar el delegado del Volantes de Baño para separarlo y llevarlo al vestuario». La tensión que se vivió en el campo se prolongó hasta el pitido final, según explican varios testigos.
Aunque parezca mentira, lo peor todavía estaba por llegar, ya que el colegiado necesitó la protección de la Guardia Civil para salir del campo sano y salvo. Según relata en el acta de la Federación Gallega de Fútbol «una vez finalizado el partido el delegado del Castriz viene hacia mi dentro del campo a recriminarme mi actuación levantándome la mano y yo lo expulso y él comienza a señalarme y gritarme en los términos de: ?Eres un ladrón. Vienes a robar. No sales vivo. No vuelves a pitar?».
Alentados por aficionados
Lo que no sabía el veinteañero que tuteló este encuentro entre estos dos equipos del grupo tercero de Segunda Autonómica es lo que todavía le esperaba antes de abandonar el campo. Él mismo redactó en el acta del choque que «una vez finalizado el partido, seguidores que pude reconocer como Castriz se agruparon en la entrada de mi vestuario y comenzaron a empujarme y escupirme. Gracias a la correcta y rápida actuación del delegado y del entrenador del Volantes de Baño pude llegar al vestuario sin daños físicos. Ante el temor por mi integridad fisica me vi en la obligación de pedir que llamasen a la Guardia Civil para que acudiese al campo para ayudarme a llegar al coche».
El delegado del conjunto muradano se quedó en el vestuario con el colegiado mientras no llegaba la patrulla del instituto armado. Mientras, fuera, el entrenador y otros integrantes de la directiva local desalojaron el terreno de juego, en el que había unos 40 aficionados del Castriz que se desplazaron a Muros para seguir a su equipo y que no dudaron en rodear el acceso al vestuario del árbitro. Cuando llegó la Guardia Civil, y tras esperar 45 minutos, Gonzalo Belmonte abandonó el recinto deportivo con la seguridad de estar protegido.
El entrenador del Castriz reconoció ayer que ni su jugador ni el delegado actuaron correctamente, pero añadió: «Lo que no puso el árbitro en el acta es que estuvo en el vestuario encerrado con el delegado del Volantes y a nosotros no nos dejó entrar, y eso enfadó mucho. Y eso el árbitro no lo recogió».

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