viernes, 27 de marzo de 2020

Por qué la nueva película de Netflix ‘Ultras’ no gustará entre los ultras

Se ha estrenado en Netflix ‘Ultras’ (en castellano, ‘Hinchas Radicales’), el último proyecto del director Francesco Lettieri que ha indignado a la comunidad ultra italiana.
Lo cierto es que este film falla a la hora de reflejar la realidad exacta del sector ultra de Nápoles.
Además, se trata de una oportunidad dorada para explicarle al planeta cómo es la Italia real y su fútbol denostada.
He visto la película ‘Ultras’, el último estreno de ‘Netflix’ sobre la subcultura de las gradas en el fútbol italiano, y desde entonces hasta el momento de escribir este primer párrafo no he logrado despegarme una imagen de la cabeza. Imagino al director Francesco Lettieri observando el movimiento ultra como el que mira embobado una bola de nieve con una escena congelada dentro. 
Tras un buen rato viendo caer nieve falsa a través de un cristal sonríe y cree haberlo entendido todo. ‘Hinchas Radicales’ (así se titula para su distribución en castellano) es la nueva película sobre ‘Ultras’ que no gustara a los ultras.
Han pasado 22 años desde que Chuck D gritara ‘Don’t believe the hype’ sobre un sampleado de la Stax, pero seguimos mordiendo cualquier anzuelo. Decepciona la ópera prima del napolitano Lettieri, el director de videoclips más prestigioso de Italia gracias a sus brillantes trabajos para el enigmático Liberato. Es como la final de Italia 90 entre Argentina y Alemania. Meses alimentando la curiosidad del futbolero atento para acabar entregando cualquier cosa menos lo prometido. 
’Ultras’ pasará a la historia como aquella aproximación wannabe y extraña al interesantísimo mundo de la tifosería organizada y las tribus urbanas que jerarquizan las relaciones del fútbol italiano.  
La historia violenta de Mohicano (Aniello Arena), un viejo capo sancionado sin poder acudir al estadio, un cincuentón que se debate entre su dedicación a los ‘Apache’, el ficticio grupo ultra que manda en el San Paolo, y el redescubrimiento del amor y la vida lejos de los estadios, naufraga entre dos aguas: demasiado superficial como drama romántico-social, cortita como relato de la compleja y pasional ciudad que santificó a Diego Armando Maradona. 
‘Ultras’ disfruta de la pulida fotografía que descubrimos en los vídeos de Liberato, unas localizaciones que descubren la Nápoles más alejada de la postal camorrística y un reparto pintoresco, pero está más hueca que la cabeza de Marco Materazzi.
Dos escenas han inflamado sobremanera los ánimos del mundillo vecino a la curva (y aviso que llegan spoilers). Ese joven personaje muerto durante una pelea entre grupos rivales no puede ser otro que Ciro Esposito, el ultra napolitano asesinado por un homólogo romanista en un tiroteo antes de la final de la Copa italiana de 2014 entre el Napoli y la Fiorentina. 
De manera tan superficial trata Lettieri el asunto, aún sin resolver en los juzgados, que hasta la madre del fallecido ha salido a cantarle las cuarenta. “Está película es una puñalada al corazón y una ofensa a la memoria de Ciro, pero también una ofensa al mundo ultra”, se ha quejado Antonella Leardi tras el estreno. La icónica muerte de Gabriele Sandri, el aficionado de la Lazio, a manos del agente de policía Luigi Spaccarotella también encuentra reflejo distorsionado en el clímax del film.
Cómo será el asunto que Lettieri anda tibio hasta para reflejar los cánticos, ese auténtico acervo cultural italiano que en Nápoles goza de un repertorio inmenso, como corresponde a un club tan amado. Apenas disfrutamos de cuatro o cinco canciones en la película. Como si el director hubiese comprado la versión Freemium del programa ‘Coros de ultras napolitanos Vol I”. Peccato.
No hay solomillo en ‘Hinchas Radicales’, apenas unas bonitas imágenes del emblemático foso del estadio San Paolo que ya disfrutamos en el magnífico documental sobre Maradona de Asif Kapadia, pero tampoco guarnición. Ya no es que Lettieri esquive cualquier intento de acercarse a fondo a los ultras napolitanos, es que ha perdido una oportunidad dorada para explicarnos la Italia real y su fútbol desde la curva, auténtico imán para los diferentes estratos sociales del país.

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