El cadáver hallado en Orio el 21 de agosto con un disparo de escopeta en la cabeza ya tiene rostro, el de Olivier Eckert, un bordelés de 47 años que tenía como única familia a los compañeros de la afición del Girondins de Burdeos. El periódico francés SudOuest hace un retrato de este forofo del fútbol en cuyo curriculum cita agresiones relacionadas con una pasión desmedida por este deporte. Precisamente, según publica este diario, fueron los propios aficionados los que comenzaron a echar de menos a este hombre, militante y fundador de varios grupos ultras del equipo bordelés (como los Ultramarines o los Piranhas), y sin vinculación laboral ni familiar.
Durante meses, la identidad del cuerpo hallado en las marismas de Motondo, en Orio, fue uno de los grandes misterios que rodeó a esta muerte, cuyo proceso judicial está bajo secreto de sumario. El estado del cadáver cuando fue encontrado, una semana después de que se produjera la muerte, y el hecho de que no tuviera ninguna identificación, complicaron sobremanera el objetivo de los investigadores de la Policía Científica de poner un rostro al fallecido. Su perfil, además, no coincidía con ninguna de las denuncias por desaparición que se habían realizado en la Comunidad Autónoma Vasca. Estas circunstancias llevaron a la Ertzaintza a barajar la posibilidad de que la muerte violenta se hubiera producido en un lugar diferente de donde fue hallado el cuerpo.
Tras pedir colaboración a otras fuerzas policiales tanto del Estado como de otros países, el análisis de ADN permitió confirmar que se trababa de Eckart, lo que obligó a abrir un proceso judicial por homicidio voluntario en Francia, confiando la investigación a la División Criminal de la Dirección Interregional de la Policía Judicial de Burdeos, según explica SudOuest.
Las pesquisas a raíz de su identificación permitieron dibujar un perfil del fallecido, en el que destacan las peleas con seguidores de otros equipos, la reventa de entradas y "hechos de hooliganismo", cita el diario. Entre ellos, recalca la agresión en 1994 al portero del Racing Club de Lens (Norte de Francia), Guillaume Warmuz.
Parece, por tanto, que el fallecido tenía una vinculación muy cercana al mundo de los ultras del Girondins, aunque no sea éste un club que destaque por una afición radical. Incluso, había sido condenado en diversas ocasiones por hechos radicales y se le había prohibido la entrada a varios estadios de fútbol.
Posible minuto de silencio Sin embargo, aunque su actitud hubiera sido renegada por muchos, también hay aficionados que defienden su figura, por lo que varios clubes de seguidores han planteado que se guarde un minuto de silencio en el próximo partido del Girondins, el domingo contra el Niza. Asimismo, está previsto ofrecer un acto en su honor en el café-restaurante Le Xaintrailles de Burdeos, lugar de reunión de los Piranhas. Lo que todavía parece que está sin esclarecer es quién o quiénes perpetraron la muerte de Eckart y por qué. De lo poco que ha trascendido respecto a la investigación, parece que se descarta que este hecho fuera consumado por el crimen organizado.
Durante meses, la identidad del cuerpo hallado en las marismas de Motondo, en Orio, fue uno de los grandes misterios que rodeó a esta muerte, cuyo proceso judicial está bajo secreto de sumario. El estado del cadáver cuando fue encontrado, una semana después de que se produjera la muerte, y el hecho de que no tuviera ninguna identificación, complicaron sobremanera el objetivo de los investigadores de la Policía Científica de poner un rostro al fallecido. Su perfil, además, no coincidía con ninguna de las denuncias por desaparición que se habían realizado en la Comunidad Autónoma Vasca. Estas circunstancias llevaron a la Ertzaintza a barajar la posibilidad de que la muerte violenta se hubiera producido en un lugar diferente de donde fue hallado el cuerpo.
Tras pedir colaboración a otras fuerzas policiales tanto del Estado como de otros países, el análisis de ADN permitió confirmar que se trababa de Eckart, lo que obligó a abrir un proceso judicial por homicidio voluntario en Francia, confiando la investigación a la División Criminal de la Dirección Interregional de la Policía Judicial de Burdeos, según explica SudOuest.
Las pesquisas a raíz de su identificación permitieron dibujar un perfil del fallecido, en el que destacan las peleas con seguidores de otros equipos, la reventa de entradas y "hechos de hooliganismo", cita el diario. Entre ellos, recalca la agresión en 1994 al portero del Racing Club de Lens (Norte de Francia), Guillaume Warmuz.
Parece, por tanto, que el fallecido tenía una vinculación muy cercana al mundo de los ultras del Girondins, aunque no sea éste un club que destaque por una afición radical. Incluso, había sido condenado en diversas ocasiones por hechos radicales y se le había prohibido la entrada a varios estadios de fútbol.
Posible minuto de silencio Sin embargo, aunque su actitud hubiera sido renegada por muchos, también hay aficionados que defienden su figura, por lo que varios clubes de seguidores han planteado que se guarde un minuto de silencio en el próximo partido del Girondins, el domingo contra el Niza. Asimismo, está previsto ofrecer un acto en su honor en el café-restaurante Le Xaintrailles de Burdeos, lugar de reunión de los Piranhas. Lo que todavía parece que está sin esclarecer es quién o quiénes perpetraron la muerte de Eckart y por qué. De lo poco que ha trascendido respecto a la investigación, parece que se descarta que este hecho fuera consumado por el crimen organizado.
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