Symmachiarii apunta en más de una decena de pancartas a los que cree culpables de la situación azul Al final del partido volvieron a registrarse incidentes en el exterior.
El oviedismo gritó ayer basta! tanto que la respuesta de la mayoría de la afición, más que pitos, fue el silencio de la indiferencia durante la mayor parte del partido. Eso contribuyó --junto a la floja entrada, la peor de la temporada-- a que el clima fuera algo más apaciguado que el del partido de hace dos semanas ante la Real Sociedad B, pero con la derrota consumada regresaron los nervios de algunos. Así, volvió a haber incidentes en el exterior del campo a la conclusión del encuentro, algo de lo que pudo dar buena fe el presidente azul Miguel Cano, cuyo coche fue zarandeado a la salida del párking.
Entre la mayoritaria indiferencia en la afición, la más ruidosa volvió a ser la peña Symmachiarii , que era uno de los focos de atención del día porque había avisado de que, como protesta, no ocuparía su ubicación habitual en el campo, donde iba a poner pancartas que expresaran su sentimiento. Y así fue, tanto que hubo pancartas por casi todo el estadio que tocaron todo lo candente en la actualidad azul.
Nadie se libró de la crítica en esas pancartas. Los jugadores fueron tachados de "mercenarios" y de "escoria", con especial ensañamiento en el menosprecio hacia algunos jugadores (que motivó la retirada de alguna pancarta), Díaz Galán de "ultraboy" por su pasado sportinguista, los anteriores mandatarios por su mala confección de la plantilla ("García y Pintado culpables") y el consejo actual... Hasta ahora el consejo presidido por Miguel Cano había tenido cierta bula, pero ayer Symmachiarii les apuntó sin piedad.
"Prohibido lavarse las manos, el consejo no admite competencia", rezaba la pancarta más llamativa, dejando entrever que también es responsable del desastre deportivo el consejo actual, que suele rehuir su culpabilidad. Mientras, "+ oviedismo y - ovetensismo" era la respuesta de Symmachiarii al ovetensismo que Control Sport dijo representar con su llegada al poder.
Un último y destacado aviso: "Cuando el fútbol se convierte en negocio... no a la compra de plazas!". Parece que al menos Symmachiarii no está a favor de la posibilidad de que el conjunto azul compre la plaza del Ciudad de Murcia o la de otro equipo de categoría superior. Quizás esto, por su posible trascendencia futura, sea algo de lo que el consejo tomó buena nota.
Homenaje agridulce
En medio de este ambiente un gran oviedista recibió ayer un merecidísimo reconocimiento. Pedro Resina, el que esta campaña ejerció de delegado del equipo juvenil de División de Honor, recibió de manos de Miguel Cano la insignia de oro del club azul, un premio más que justo para un hombre que lleva 35 años trabajando altruistamente para el Real Oviedo. La pena es que el día de este reconocimiento acabara con la derrota de su equipo del alma, un palo que no merecía Resina en su gran jornada.
Entre la mayoritaria indiferencia en la afición, la más ruidosa volvió a ser la peña Symmachiarii , que era uno de los focos de atención del día porque había avisado de que, como protesta, no ocuparía su ubicación habitual en el campo, donde iba a poner pancartas que expresaran su sentimiento. Y así fue, tanto que hubo pancartas por casi todo el estadio que tocaron todo lo candente en la actualidad azul.
Nadie se libró de la crítica en esas pancartas. Los jugadores fueron tachados de "mercenarios" y de "escoria", con especial ensañamiento en el menosprecio hacia algunos jugadores (que motivó la retirada de alguna pancarta), Díaz Galán de "ultraboy" por su pasado sportinguista, los anteriores mandatarios por su mala confección de la plantilla ("García y Pintado culpables") y el consejo actual... Hasta ahora el consejo presidido por Miguel Cano había tenido cierta bula, pero ayer Symmachiarii les apuntó sin piedad.
"Prohibido lavarse las manos, el consejo no admite competencia", rezaba la pancarta más llamativa, dejando entrever que también es responsable del desastre deportivo el consejo actual, que suele rehuir su culpabilidad. Mientras, "+ oviedismo y - ovetensismo" era la respuesta de Symmachiarii al ovetensismo que Control Sport dijo representar con su llegada al poder.
Un último y destacado aviso: "Cuando el fútbol se convierte en negocio... no a la compra de plazas!". Parece que al menos Symmachiarii no está a favor de la posibilidad de que el conjunto azul compre la plaza del Ciudad de Murcia o la de otro equipo de categoría superior. Quizás esto, por su posible trascendencia futura, sea algo de lo que el consejo tomó buena nota.
Homenaje agridulce
En medio de este ambiente un gran oviedista recibió ayer un merecidísimo reconocimiento. Pedro Resina, el que esta campaña ejerció de delegado del equipo juvenil de División de Honor, recibió de manos de Miguel Cano la insignia de oro del club azul, un premio más que justo para un hombre que lleva 35 años trabajando altruistamente para el Real Oviedo. La pena es que el día de este reconocimiento acabara con la derrota de su equipo del alma, un palo que no merecía Resina en su gran jornada.
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