Importantes disturbios entre la afición de Santos y la policía provocaron la suspensión del partido que enfrentaba al conjunto paulista y a Independiente en los octavos de final de la Copa Libertadores. Cuando se llegaba al minuto 85 varios petardos detonaron en el campo de juego e instantes después cientos de aficionados intentaron saltar la valla que separa la tribuna del césped.
Santos buscaba la remontada en una eliminatoria polémica que llegaba con un 3-0 favorable al cuadro argentino por una sanción de la Conmebol después de una alineación indebida de Carlos Sánchez. El ambiente estaba caldeado antes del partido y con el 0-0 del marcador de Pacaembú algunos aficionados estallaron.
La policía actuó de inmediato con dureza para evitar la invasión de campo y lo más llamativo de la trifulca fue la actuación de los jugadores locales y de Cuca, técnico de Santos, que acudieron a toda prisa para proteger a los aficionados de la respuesta policial.
Ya ante los periodistas Cuca, más tranquilo, aseguraba que "haría eso por cualquier persona. Traté de sacar la mano del policía. No necesitaba tanta fuerza. Fue una fuerza exagerada que no necesitaba. El chico se equivocó por invadir el campo. No fui a discutir, fui para calmar la situación. Respeto mucho el trabajo de la policía".
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