Si el lema del Liverpool es 'Nunca caminarás solo', el Real Valladolid puede adoptar el de 'Te vamos a llevar en brazos'. Los mitos de afición fría, sobrio carácter castellano y demás zarandajas cayeron este miércoles como un castillo de naipes. La hinchada pucelana sabe lo que se juega su equipo, éste ha dado señales de vergüenza deportiva y de resurrección futbolística, y los seguidores blanquivioleta quieren estar a la altura de estos jugadores que han dado un giro copernicano a su implicación y sus resultados.
Y es que la del miércoles fue una jornada de Guinness que permanecerá durante mucho tiempo en las retinas de los aficionados más fieles. El club nunca en sus 82 años de historia había agotado el papel en el primer día de venta de entradas. Ni siquiera necesitó 24 horas, sino algo más de cuatro y media (de 10.00 a 14.35) para dispensar las más de 5.000 entradas que salieron a la venta al precio de 5 euros para los abonados, que sólo podían comprar un máximo de cinco.
Algunos pueden pensar que el reducido precio de las localidades propició la venta, pero cabe recordar que contra el Espanyol la promoción era idéntica y sólo se dispensaron mil entradas en los cuatro días de apertura de taquillas.
Resulta por tanto más que obvio que este nuevo Real Valladolid de Javier Clemente ha enganchado con la afición. Sólo había que ver la periferia del estadio. Un tercio del aparcamiento estaba ocupado por coches, mientras que la cola que salía de las oficinas daba la vuelta al recinto hasta formar una 'U' y acabar en la Avenida del Mundial 82, muy cerca del cruce con el acceso a la carretera. Más de 300 personas que guardaron turno se quedaron sin entradas. Jamás se había contemplado una marea humana igual en torno al José Zorrilla. La plantilla fue testigo excepcional, pues ya había colas desde las 7.30, dos horas y media antes de la apertura de taquillas. Sin duda el espectáculo que presenciaron los jugadores les ayudará a motivarse de cara a un choque vital para la permanencia.
Pero el cartel de 'No hay billetes' no supone que Zorrilla se llene. Ante el Sevilla se agotó el papel pero la grada registró claros. La explicación es sencilla: no acudieron al encuentro los 19.000 abonados. Por eso Mariano Mancebo, director de Comunicación del club, lanza un llamamiento. "Nuestro reto es que esta vez ningún abono se quede en el cajón, al igual que ninguna de las entradas vendidas. No vamos a primar económicamente a quienes vendan para este choque su carné, pues pensamos que no es un día para hacer negocio por 5 euros, sino para apoyar a tope. Queremos que todos los seguidores se impliquen en un día crucial para nuestra salvación".
Así pues Zorrilla será el sábado, si se busca un símil, un microondas. La olla a presión tarda más en guisar y esta afición ha demostrado que le bastan cuatro horas y media para cocinar el plato de la permanencia. El primer gol ya está metido. Ahora sólo falta que el equipo aproveche este viento a favor para marcar ante el Getafe los que acercarán la permanencia.
Y es que la del miércoles fue una jornada de Guinness que permanecerá durante mucho tiempo en las retinas de los aficionados más fieles. El club nunca en sus 82 años de historia había agotado el papel en el primer día de venta de entradas. Ni siquiera necesitó 24 horas, sino algo más de cuatro y media (de 10.00 a 14.35) para dispensar las más de 5.000 entradas que salieron a la venta al precio de 5 euros para los abonados, que sólo podían comprar un máximo de cinco.
Algunos pueden pensar que el reducido precio de las localidades propició la venta, pero cabe recordar que contra el Espanyol la promoción era idéntica y sólo se dispensaron mil entradas en los cuatro días de apertura de taquillas.
Resulta por tanto más que obvio que este nuevo Real Valladolid de Javier Clemente ha enganchado con la afición. Sólo había que ver la periferia del estadio. Un tercio del aparcamiento estaba ocupado por coches, mientras que la cola que salía de las oficinas daba la vuelta al recinto hasta formar una 'U' y acabar en la Avenida del Mundial 82, muy cerca del cruce con el acceso a la carretera. Más de 300 personas que guardaron turno se quedaron sin entradas. Jamás se había contemplado una marea humana igual en torno al José Zorrilla. La plantilla fue testigo excepcional, pues ya había colas desde las 7.30, dos horas y media antes de la apertura de taquillas. Sin duda el espectáculo que presenciaron los jugadores les ayudará a motivarse de cara a un choque vital para la permanencia.
Pero el cartel de 'No hay billetes' no supone que Zorrilla se llene. Ante el Sevilla se agotó el papel pero la grada registró claros. La explicación es sencilla: no acudieron al encuentro los 19.000 abonados. Por eso Mariano Mancebo, director de Comunicación del club, lanza un llamamiento. "Nuestro reto es que esta vez ningún abono se quede en el cajón, al igual que ninguna de las entradas vendidas. No vamos a primar económicamente a quienes vendan para este choque su carné, pues pensamos que no es un día para hacer negocio por 5 euros, sino para apoyar a tope. Queremos que todos los seguidores se impliquen en un día crucial para nuestra salvación".
Así pues Zorrilla será el sábado, si se busca un símil, un microondas. La olla a presión tarda más en guisar y esta afición ha demostrado que le bastan cuatro horas y media para cocinar el plato de la permanencia. El primer gol ya está metido. Ahora sólo falta que el equipo aproveche este viento a favor para marcar ante el Getafe los que acercarán la permanencia.
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