El fiscal general de Egipto, Abdel Magid Mahmud, anunció el jueves la imputación de 75 personas por la masacre que tuvo lugar en el estadio de fútbol de Port Said el pasado 1 de febrero, y en la que murieron al menos 74 personas, la mayoría hinchas del club de fútbol Ahly. Entre los acusados figuran nueve policías y dos menores de edad.
Los incidentes de Port Said, que se desataron al finalizar el partido que disputaban el club local Masry frente al cairota Ahly, ambos de la Primera División egipcia, provocaron una crisis política en el país, y duros enfrentamientos en las calles entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. De acuerdo con los testimonios de numerosos testigos presenciales, el desempeño de la policía fue lamentable. Buena parte de la clase política denunció la pasividad, o incluso connivencia, de la policía presente en el campo. Uno de los imputados por la fiscalía es el comandante general Issam Samak, máximo responsable de la seguridad de la zona de Port Said durante los disturbios, así como tres altos cargos de la policía, los generales Mahmud Fathy y Abdel Aziz Fahmy, y el coronel Mohamed Saad. El jueves por la mañana Samak ya estaba bajo arresto y había sido suspendido de todas sus funciones
En una declaración pública, el fiscal general ha afirmado que las acusaciones estaban basadas en grabaciones de vídeo tomadas durante los altercados, y en la confesión de varios de los sospechosos. Según la investigación llevada a cabo por Abdel Magid Mahmud, la masacre fue planeada, y los responsables acudieron al estadio con navajas y material explosivo.
Los incidentes de Port Said, que se desataron al finalizar el partido que disputaban el club local Masry frente al cairota Ahly, ambos de la Primera División egipcia, provocaron una crisis política en el país, y duros enfrentamientos en las calles entre manifestantes y las fuerzas de seguridad. De acuerdo con los testimonios de numerosos testigos presenciales, el desempeño de la policía fue lamentable. Buena parte de la clase política denunció la pasividad, o incluso connivencia, de la policía presente en el campo. Uno de los imputados por la fiscalía es el comandante general Issam Samak, máximo responsable de la seguridad de la zona de Port Said durante los disturbios, así como tres altos cargos de la policía, los generales Mahmud Fathy y Abdel Aziz Fahmy, y el coronel Mohamed Saad. El jueves por la mañana Samak ya estaba bajo arresto y había sido suspendido de todas sus funciones
En una declaración pública, el fiscal general ha afirmado que las acusaciones estaban basadas en grabaciones de vídeo tomadas durante los altercados, y en la confesión de varios de los sospechosos. Según la investigación llevada a cabo por Abdel Magid Mahmud, la masacre fue planeada, y los responsables acudieron al estadio con navajas y material explosivo.
Si bien existe una profunda animosidad entre las hinchadas de ambos clubes, el grado de ensañamiento y violencia contra los seguidores del Ahly, el club más laureado del país, no tiene precedentes en el fútbol egipcio. Como consecuencia de la matanza, los responsables de la Federación Egipcia de Fútbol decidieron suspender de forma indefinida el campeonato de liga.
La noticia coincidió con una manifestación convocada el jueves por la mañana en centro de El Cairo por los Ultras Ahlawy, el grupo de seguidores más fanátino del Ahly, y al que pertenecían la mayoría de víctimas. Miles de personas acudieron a la marcha para pedir justicia, incluidos familiares de las víctimas, y miembros de los Caballeros Blancos, los hinchas del Zamalek, el otro célebre club cairota y el gran rival histórico del Ahly.
En un comunicado publicado en su página de Facebook, los ultras del Ahly volvieron a señalar a la Junta Militar como responsable último de la muerte de sus compañeros. "Todo el mundo sabe que los Ultras Ahlawy nos enfrentamos a la tiranía e injusticia del régimen opresor antes de la revolución ... Fuimos el único grupo que participamos en la revolución con un único propósito, el ver un Egipto libre". Efectivamente, los Ultras Ahlawy desempeñaron un rol importante durante la revolución del año pasado que puso fin a tres décadas de régimen de Hosni Mubarak, sobre todo en sus episodios más violentos. Avezados en las técnicas de guerrilla urbana, ocuparon la primera línea del frente en las batallas campales que se originaron cuando la policía intentó dispersar por la fuerza a los manifestantes en el centro de El Cairo. Por esta razón, muchos de ellos consideran que la masacre de Port Said es una venganza del estamento policial.
La noticia coincidió con una manifestación convocada el jueves por la mañana en centro de El Cairo por los Ultras Ahlawy, el grupo de seguidores más fanátino del Ahly, y al que pertenecían la mayoría de víctimas. Miles de personas acudieron a la marcha para pedir justicia, incluidos familiares de las víctimas, y miembros de los Caballeros Blancos, los hinchas del Zamalek, el otro célebre club cairota y el gran rival histórico del Ahly.
En un comunicado publicado en su página de Facebook, los ultras del Ahly volvieron a señalar a la Junta Militar como responsable último de la muerte de sus compañeros. "Todo el mundo sabe que los Ultras Ahlawy nos enfrentamos a la tiranía e injusticia del régimen opresor antes de la revolución ... Fuimos el único grupo que participamos en la revolución con un único propósito, el ver un Egipto libre". Efectivamente, los Ultras Ahlawy desempeñaron un rol importante durante la revolución del año pasado que puso fin a tres décadas de régimen de Hosni Mubarak, sobre todo en sus episodios más violentos. Avezados en las técnicas de guerrilla urbana, ocuparon la primera línea del frente en las batallas campales que se originaron cuando la policía intentó dispersar por la fuerza a los manifestantes en el centro de El Cairo. Por esta razón, muchos de ellos consideran que la masacre de Port Said es una venganza del estamento policial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario