No creemos, por acá, que el White Sox contra Rangers levante tanta pasión como para que dos fanáticos decidan resolver sus diferencias a los golpes.
Así que lo más probable es que la paliza que le acomodó el gordo que termina con la playera rota al pelón de la franela de Moncada en esta pelea nada tenga que ver con el juego o el béisbol.
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