El primer “classique” de Lionel Messi se saldó el domingo con un empate sin goles y un susto que, afortunadamente, se quedó en nada.
Desde hace varios años, Francia tiene un problema serio con sus ultras. Un asunto que se suele encrudecer cuando uno de los dos equipos involucrados es el Olympique de Marsella. En el gran partido de la Ligue 1, lamentablemente, no iba a ser menos.
Así, el partido fue interrumpido durante varios minutos por el lanzamiento de proyectiles a Neymar cuando el brasileño fue a ejecutar un córner.
No fue el único susto. En el tramo final del partido el domingo, Messi se proyectaba con peligro cuando el ingreso de un aficionado provocó una interrupción. Afortunadamente el espontáneo, que llegó a acceder al futbolista, no realizó nada.
Empate a cero
Con 10 hombres durante buena parte de la segunda parte por la expulsión de Achraf Hakimi, el líder Paris Saint-Germain sustrajo un punto de su visita al Olympique de Marsella.
El choque enfrentó a dos técnicos argentinos, con el Marsella de Jorge Sampaoli incapaz de doblegar a un rival que quedó en inferioridad numérica desde los 57 minutos por la expulsión de Hakimi.
La igualdad redujo la ventaja del PSG en lo más alto del campeonato francés. Los dirigidos por Mauricio Pochettino ahora marcan el paso con una diferencia de siete puntos sobre el Lens al cabo de 11 fechas. Marsella marcha cuarto, 10 puntos detrás.
Mientras que Pochettino afrontó el clásico francés con Messi, Neymar, Kylian Mbappé y Ángel Di María en el ataque, toda una declaración de intenciones, Sampaoli jugó con un bloque de tres centrales.
Después de aplacar el empuje inicial de los anfitriones, el PSG pasó a dominar con claridad y casi se adelantó antes de cumplirse el primer cuarto de hora con un autogol de Luan Peres, anulado por el VAR debido a una posición adelantada.
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