Hace unos días, el Gobierno de Inglaterra requirió a la UEFA explicaciones por los incidentes que acaecieron antes y después de la final de la Champions League entre el Real Madrid y el Liverpool, pues hubo cargas policiales, ataques con gas pimienta a aficionados -indistintamente adultos o niños- y se postergó media hora el encuentro ante la aglomeración de aficionados en las puertas del estadio por un venta fraudulenta de entradas. “Ante los lamentables hechos que tuvieron lugar el pasado 28 de mayo en las inmediaciones y los accesos del Stade de France, incluso en el interior del propio estadio, el Real Madrid, queremos saber cuáles fueron las razones que motivaron esa designación de la sede de la final y qué criterios se tuvieron en consideración teniendo en cuenta lo vivido ese día y pedimos respuestas y explicaciones que determinen quiénes fueron los responsables que dejaron desasistidos e indefensos a los aficionados”. La reclamación de la entidad blanca, aunque llega seis días tarde, se suma a lo expuesto por Londres al tiempo que desde la UEFA indicaron que se ha encargado un informe independiente sobre los acontecimientos que rodearon la final de la Liga de Campeones. “La revisión exhaustiva examinará la toma de decisiones, la responsabilidad y comportamientos de todas las entidades involucradas en la final”, resolvió el organismo internacional.
La final de la Liga de Campeones se saldó con 68 personas arrestadas, de las que 39 fueron encarceladas (según fuentes de la prefectura de la Policía). Además, los bomberos y servicios médicos atendieron a 238 personas que presentaban heridas leves, sin que ninguna tuviera que ser hospitalizada. Hecho por el que el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, felicitó a las fuerzas del orden francesas por “evitar muertos”. Unos incidentes, en cualquier caso, que señalan a París y a Francia, que en un año acogerá el Mundial de Rugby y dentro de dos, los Juegos Olímpicos. “El comportamiento general de los seguidores fue en todo momento ejemplar. Entendemos que lo que tenía que haber sido una gran fiesta del fútbol para todos los aficionados que asistieron al partido, derivó en unos sucesos desafortunados que han provocado una profunda indignación en todo el mundo”, expuso el comunicado del Real Madrid; “como se ha podido ver con claridad en las reveladoras imágenes que han ofrecido los medios de comunicación, muchos de los aficionados fueron agredidos, acosados, atracados y robados con violencia. Unos hechos que tuvieron lugar también cuando circulaban en sus coches o autobuses temiendo por su integridad física”. Sucede, sin embargo, es que nadie asume la culpabilidad.
El problema, según varios testimonios, fue, por un lado, que los controles policiales antes de la llegada al estadio crearon cuellos de botella donde los aficionados británicos tuvieron que esperar durante horas. Una vez superados los controles, ya cerca de las vallas de acceso al estadio, y ante un nuevo control, jóvenes franceses, que no pertenecían a ninguna de las dos aficiones, intentaban saltar la valla. “El fútbol ha transmitido al mundo una imagen muy alejada de los valores y objetivos que siempre debe perseguir. Nuestros seguidores y aficionados merecen una respuesta y que se depuren las responsabilidades pertinentes para que situaciones como las vividas queden erradicadas para siempre del fútbol y del deporte”, remarcó el Real Madrid.
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