Las tribus neonazis de Zaragoza se aglutinan en torno al Ligallo Fondo Norte 1986. "Estos grupos aún no suponen en esta capital un peligro como en Madrid, Barcelona, Valencia o Alicante, pero sí son activos", opina David Madrid, experto de la Policía en estos grupos radicales.
Con siete años en el Grupo de Violencia en el Deporte, de la Brigada Central de Información de la Policía, David Madrid es el nombre con el que este experto firma con otros compañeros del Cuerpo el libro Tribus urbanas, ritos, símbolos y costumbres de próxima aparición en las librerías. Estos días está en la capital aragonesa impartiendo un curso de estos grupos organizado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) para sus agentes afiliados.
"Lo que distingue a Zaragoza en la actividad neonazi han sido los conciertos de RAC (Rock en contra del comunismo) que han servido de excusa para realizar concentraciones de personas llegadas principalmente de Barcelona, Madrid y Valencia. Esto les ha permitido celebrar fiestas del solsticio de verano o memoriales", explica Madrid.
Según su experiencia, las tribus suelen elegir para este tipo de reuniones ciudades donde creen estar menos vigilados por la Policía, o aquellas que no disponen de comisaría. "Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han trabajado aquí muy bien para controlarles, pero el día en que se produzca un fallo tendremos un grave problema".
En su opinión, los medios de comunicación no han sobredimensionado la importancia de las actividades de los violentos. "Es un asunto social que hay que prevenir. Si no se diera información, la cúpula de los Cuerpos de Seguridad no tocaría el tema", asegura.
Para Madrid, las autoridades aún dedican pocos recursos para prevenir las actividades violentas de las tribus urbanas. Considera que ya es necesario crear una Fiscalía especial para combatir el problema antes de que se extienda.
En el marco de su actividad profesional, el experto ha trabajado con tribus de diversas capitales españolas, entre ellas Zaragoza, y la relación de estas con los ultras de los diversos equipos de fútbol.
"Las directivas de los conjuntos privilegian a los radicales. El Real Zaragoza les permite utilizar un espacio en La Romareda para guardar su material, como dicen ellos. En el Real Madrid, incluso tienen descuentos en los abonos", explica.
El policía cree que es laudable la actitud de Joan Laporta en el Barcelona, "el único presidente que ha erradicado a los violentos --boixos nois-- del estadio". Según sus estimaciones, el 80% de los grupos ultras españoles están relacionados con la extrema derecha y un 20%, con el radicalismo izquierdista --Red skins, Rash y Sharps--.
Madrid no da una cifra de los neonazis que integran estas tribus en España. "Lo de 10.000 es una cifra que dan los políticos, A mi me basta con que estén divididos en cinco o seis partidos políticos que solo reúnen 15.000 votos en todo el país", dice.
El agente coincide con otros expertos en que la división entre estos grupos de debe a la inexistencia de un líder que los aglutine --"el día que surja habrá motivo para preocuparse".
No cree que las tribus izquierdistas --punkis, okupas y otros antisistema-- sean menos inquietantes. "Han conseguido autofinanciarse utilizando medios legales y constituyendo asociaciones culturales que reciben subvenciones. No quieren perderlas. Su actuación violenta se expresa principalmente en concentraciones, que suelen calificar de pacifistas o antifascistas", dice el policía.
Con siete años en el Grupo de Violencia en el Deporte, de la Brigada Central de Información de la Policía, David Madrid es el nombre con el que este experto firma con otros compañeros del Cuerpo el libro Tribus urbanas, ritos, símbolos y costumbres de próxima aparición en las librerías. Estos días está en la capital aragonesa impartiendo un curso de estos grupos organizado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) para sus agentes afiliados.
"Lo que distingue a Zaragoza en la actividad neonazi han sido los conciertos de RAC (Rock en contra del comunismo) que han servido de excusa para realizar concentraciones de personas llegadas principalmente de Barcelona, Madrid y Valencia. Esto les ha permitido celebrar fiestas del solsticio de verano o memoriales", explica Madrid.
Según su experiencia, las tribus suelen elegir para este tipo de reuniones ciudades donde creen estar menos vigilados por la Policía, o aquellas que no disponen de comisaría. "Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han trabajado aquí muy bien para controlarles, pero el día en que se produzca un fallo tendremos un grave problema".
En su opinión, los medios de comunicación no han sobredimensionado la importancia de las actividades de los violentos. "Es un asunto social que hay que prevenir. Si no se diera información, la cúpula de los Cuerpos de Seguridad no tocaría el tema", asegura.
Para Madrid, las autoridades aún dedican pocos recursos para prevenir las actividades violentas de las tribus urbanas. Considera que ya es necesario crear una Fiscalía especial para combatir el problema antes de que se extienda.
En el marco de su actividad profesional, el experto ha trabajado con tribus de diversas capitales españolas, entre ellas Zaragoza, y la relación de estas con los ultras de los diversos equipos de fútbol.
"Las directivas de los conjuntos privilegian a los radicales. El Real Zaragoza les permite utilizar un espacio en La Romareda para guardar su material, como dicen ellos. En el Real Madrid, incluso tienen descuentos en los abonos", explica.
El policía cree que es laudable la actitud de Joan Laporta en el Barcelona, "el único presidente que ha erradicado a los violentos --boixos nois-- del estadio". Según sus estimaciones, el 80% de los grupos ultras españoles están relacionados con la extrema derecha y un 20%, con el radicalismo izquierdista --Red skins, Rash y Sharps--.
Madrid no da una cifra de los neonazis que integran estas tribus en España. "Lo de 10.000 es una cifra que dan los políticos, A mi me basta con que estén divididos en cinco o seis partidos políticos que solo reúnen 15.000 votos en todo el país", dice.
El agente coincide con otros expertos en que la división entre estos grupos de debe a la inexistencia de un líder que los aglutine --"el día que surja habrá motivo para preocuparse".
No cree que las tribus izquierdistas --punkis, okupas y otros antisistema-- sean menos inquietantes. "Han conseguido autofinanciarse utilizando medios legales y constituyendo asociaciones culturales que reciben subvenciones. No quieren perderlas. Su actuación violenta se expresa principalmente en concentraciones, que suelen calificar de pacifistas o antifascistas", dice el policía.
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