Dos policías fueron procesados por la grave lesión que en octubre de 2005 sufrió un hincha de River Plate, quien perdió el ojo izquierdo por un impacto de bala de goma durante un partido en la cancha de Rosario Central. Uno de los efectivos fue enviado a juicio como autor del balazo de Itaka que le provocó estallido del globo ocular al joven de 20 años. Su superior, por no evitar los disparos. El muchacho fue alcanzado por un tiro directo, en medio de incidentes entre las dos hinchadas.
Los efectivos procesados son dos oficiales que se desempeñaban en la sección Caballería de la Unidad Regional II. El 30 de octubre de 2005 fueron asignados al operativo de seguridad del partido que Rosario Central y River Plate disputaron en el Gigante de Arroyito. Fueron los únicos que portaban armas para disparar postas de goma y las accionaron durante incidentes producidos a la salida de la multitud visitante.
Para el juez de Instrucción Jorge Eldo Juárez hubo un accionar negligente del efectivo Miguel Angel Vallejo al efectuar esos disparos de bala de goma y de su superior Néstor Mario Iglesias al no impedirlos. Los procesó por lesiones graves en riña, agravadas por el uso de armas y por haber ocurrido en un espectáculo deportivo. La lesión provocó una deformación en el rostro del joven además de la pérdida del ojo.
En la resolución, que fue apelada, el juez criticó el dispositivo de seguridad. Se acreditó que entonces no existía un candado para trabar la puerta que separa la tribuna popular visitante de calle Génova de la platea local que da espaldas al río. También cuestionó la recolección policial de pruebas tras los incidentes porque fue efectuada por los mismos policías involucrados, lo que no garantizó imparcialidad. No se secuestraron en el lugar postas de gomas que "hubieran orientado la investigación" y el hecho fue notificado al juzgado cinco horas después.
Los disturbios.Esa tarde River venció 3 a 0 a Central. Los incidentes se desataron cuando la hinchada millonaria se retiraba del estadio, 15 minutos antes de que lo hiciera la parcialidad local. Pero un portón que separa las dos tribunas estaba abierto y los hinchas de Central comenzaron a tapar la salida de los visitantes. Desde la platea empezaron a tirar piedras y retumbaron itakazos. Las postas de goma también alcanzaron a un vendedor de helados que recibió impactos en las piernas.
El primero de esos disparos alcanzó en el ojo izquierdo a Fernando Rodríguez, un rosarino de entonces 20 años. Salía desde la bandeja baja de la popular visitante cuando sintió un fuerte impacto que le "quemó" el ojo izquierdo. Empezó a perder sangre y fue conducido en ambulancia al hospital Centenario. La lesión le provocó estallido ocular y perforación de la córnea.
Una médica que lo asistió recuperó del ojo del chico la posta de goma. Una pericia de Gendarmería arrojó que ese proyectil dio de lleno en el rostro del muchacho, sin rebote previo.
Vallejo, de 38 años, fue acusado de disparar ese proyectil con una escopeta Magtech calibre 12.70. Su responsabilidad se determinó porque fue el primero en tirar. Tanto él como Iglesias, de 36 años, admitieron haber efectuado dos tiros cada uno cuando empezaron a llover piedras.
Los oficiales asumieron haber disparado al suelo en dirección a la hinchada de Central, sin advertir heridos. Pero Juárez consideró que las evidencias de la causa descalifican esa versión. En base a las pericias, filmaciones y la reconstrucción del hecho concluyó que Vallejo realizó un tiro directo hacia los hinchas de River y que Iglesias, por "omisión negligente de su deber", no lo impidió.
Para el juez todo ocurrió en medio de una riña entre las hinchadas que pudo evitarse. Los policías resultaron con excoriaciones al quedar en el medio de la confrontación por no haber elementos para asegurar el portón que, por "falta de previsión", carecía de cerradura.
Aviso
El juez Jorge Juárez remitió una copia del fallo a la Municipalidad para que tome conocimiento de las cuestiones relativas a la seguridad en Rosario Central. En la resolución señala que el club no informó su plan de evacuación y que la policía recomendó ubicar al público visitante en las bandejas que dan sobre el club Regatas.
Los efectivos procesados son dos oficiales que se desempeñaban en la sección Caballería de la Unidad Regional II. El 30 de octubre de 2005 fueron asignados al operativo de seguridad del partido que Rosario Central y River Plate disputaron en el Gigante de Arroyito. Fueron los únicos que portaban armas para disparar postas de goma y las accionaron durante incidentes producidos a la salida de la multitud visitante.
Para el juez de Instrucción Jorge Eldo Juárez hubo un accionar negligente del efectivo Miguel Angel Vallejo al efectuar esos disparos de bala de goma y de su superior Néstor Mario Iglesias al no impedirlos. Los procesó por lesiones graves en riña, agravadas por el uso de armas y por haber ocurrido en un espectáculo deportivo. La lesión provocó una deformación en el rostro del joven además de la pérdida del ojo.
En la resolución, que fue apelada, el juez criticó el dispositivo de seguridad. Se acreditó que entonces no existía un candado para trabar la puerta que separa la tribuna popular visitante de calle Génova de la platea local que da espaldas al río. También cuestionó la recolección policial de pruebas tras los incidentes porque fue efectuada por los mismos policías involucrados, lo que no garantizó imparcialidad. No se secuestraron en el lugar postas de gomas que "hubieran orientado la investigación" y el hecho fue notificado al juzgado cinco horas después.
Los disturbios.Esa tarde River venció 3 a 0 a Central. Los incidentes se desataron cuando la hinchada millonaria se retiraba del estadio, 15 minutos antes de que lo hiciera la parcialidad local. Pero un portón que separa las dos tribunas estaba abierto y los hinchas de Central comenzaron a tapar la salida de los visitantes. Desde la platea empezaron a tirar piedras y retumbaron itakazos. Las postas de goma también alcanzaron a un vendedor de helados que recibió impactos en las piernas.
El primero de esos disparos alcanzó en el ojo izquierdo a Fernando Rodríguez, un rosarino de entonces 20 años. Salía desde la bandeja baja de la popular visitante cuando sintió un fuerte impacto que le "quemó" el ojo izquierdo. Empezó a perder sangre y fue conducido en ambulancia al hospital Centenario. La lesión le provocó estallido ocular y perforación de la córnea.
Una médica que lo asistió recuperó del ojo del chico la posta de goma. Una pericia de Gendarmería arrojó que ese proyectil dio de lleno en el rostro del muchacho, sin rebote previo.
Vallejo, de 38 años, fue acusado de disparar ese proyectil con una escopeta Magtech calibre 12.70. Su responsabilidad se determinó porque fue el primero en tirar. Tanto él como Iglesias, de 36 años, admitieron haber efectuado dos tiros cada uno cuando empezaron a llover piedras.
Los oficiales asumieron haber disparado al suelo en dirección a la hinchada de Central, sin advertir heridos. Pero Juárez consideró que las evidencias de la causa descalifican esa versión. En base a las pericias, filmaciones y la reconstrucción del hecho concluyó que Vallejo realizó un tiro directo hacia los hinchas de River y que Iglesias, por "omisión negligente de su deber", no lo impidió.
Para el juez todo ocurrió en medio de una riña entre las hinchadas que pudo evitarse. Los policías resultaron con excoriaciones al quedar en el medio de la confrontación por no haber elementos para asegurar el portón que, por "falta de previsión", carecía de cerradura.
Aviso
El juez Jorge Juárez remitió una copia del fallo a la Municipalidad para que tome conocimiento de las cuestiones relativas a la seguridad en Rosario Central. En la resolución señala que el club no informó su plan de evacuación y que la policía recomendó ubicar al público visitante en las bandejas que dan sobre el club Regatas.
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