Cinco jóvenes (tres chicas y dos chicos) se encontraban en la madrugada del domingo en la terraza de un bar de la pedanía murciana de El Puntal y, «de repente, un grupo de diez hombres que tenían en torno a los treinta años se abalanzaron sobre ellos y, sin que lo esperaran, sacaron navajas y apuñalaron a uno de ellos», según relatan testigos de la escena. Estas fuentes cercanas al suceso, detallan que «uno de los agresores es rubio, alto y corpulento, y forma parte del grupo de radicales de los ultras del Real Murcia y de un grupo de neonazis».
Como resultado de la agresión, uno de los jóvenes tuvo que ser hospitalizado porque tenía heridas producidas por el arma blanca en el tórax, y diversas contusiones, y ya ha recibido el alta hospitalaria.
La Policía, que el pasado domingo detuvo al presunto autor del apuñalamiento, arrestó ayer a otro joven relacionado con los hechos. Los presuntos agresores tienen 27 y 25 años, y según fuentes policiales pertenecen a grupos ultraderechistas. La Policía cree que el ataque estuvo motivado por la vinculación de la víctima con grupos de ideología opuesta a la de los agresores.
Fuentes policiales matizan que «no fue una pelea entre dos grupos, sino que fue una agresión unilateral, ya que este grupo violento acudió al lugar donde estaban los otros chicos con una clara intención de arremeter contra ellos».
Algunos vecinos que viven en la zona donde tuvo lugar el suceso aseguran que conocen a estos jóvenes acusados de la agresión «porque son
ultras del Real Murcia y suelen reunirse en otro bar de Churra a ver algunos partidos de fútbol». En este sentido, relatan que en varias ocasiones, como en uno de los partidos de España del pasado mundial, la gente que fue a ver el fútbol al bar tuvo que marcharse en el descanso» porque estos jóvenes manifestaban actitudes violentas, «gritando insultos racistas y amenazantes, que llegaban a dar miedo».
Asimismo, describen la apariencia de los hinchas como «la característica de los miembros de grupos nazis, con la cabeza rapada, algunos tatuajes con símbolos fascistas» y subrayan que «suelen ir siempre juntos».
Por su parte, empleados del bar El Sueño confirman que a su establecimiento acuden los miembros de esta banda de ultras del Murcia –y de una de sus paredes cuelga una gran bandera con el nombre de este grupo y su insignia–, pero indican que «llevan viniendo más de un año y nunca nos han dado problemas, ni se han mostrado violentos; de hecho, estamos muy contentos con ellos».
Como resultado de la agresión, uno de los jóvenes tuvo que ser hospitalizado porque tenía heridas producidas por el arma blanca en el tórax, y diversas contusiones, y ya ha recibido el alta hospitalaria.
La Policía, que el pasado domingo detuvo al presunto autor del apuñalamiento, arrestó ayer a otro joven relacionado con los hechos. Los presuntos agresores tienen 27 y 25 años, y según fuentes policiales pertenecen a grupos ultraderechistas. La Policía cree que el ataque estuvo motivado por la vinculación de la víctima con grupos de ideología opuesta a la de los agresores.
Fuentes policiales matizan que «no fue una pelea entre dos grupos, sino que fue una agresión unilateral, ya que este grupo violento acudió al lugar donde estaban los otros chicos con una clara intención de arremeter contra ellos».
Algunos vecinos que viven en la zona donde tuvo lugar el suceso aseguran que conocen a estos jóvenes acusados de la agresión «porque son
ultras del Real Murcia y suelen reunirse en otro bar de Churra a ver algunos partidos de fútbol». En este sentido, relatan que en varias ocasiones, como en uno de los partidos de España del pasado mundial, la gente que fue a ver el fútbol al bar tuvo que marcharse en el descanso» porque estos jóvenes manifestaban actitudes violentas, «gritando insultos racistas y amenazantes, que llegaban a dar miedo».
Asimismo, describen la apariencia de los hinchas como «la característica de los miembros de grupos nazis, con la cabeza rapada, algunos tatuajes con símbolos fascistas» y subrayan que «suelen ir siempre juntos».
Por su parte, empleados del bar El Sueño confirman que a su establecimiento acuden los miembros de esta banda de ultras del Murcia –y de una de sus paredes cuelga una gran bandera con el nombre de este grupo y su insignia–, pero indican que «llevan viniendo más de un año y nunca nos han dado problemas, ni se han mostrado violentos; de hecho, estamos muy contentos con ellos».
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