El primer ministro ruso, Vladimir Putin, intentó tranquilizar el martes a los aficionados al fútbol del país al poner flores en una tumba de un hincha cuya muerte provocó la peor ola de violencia racial en Moscú desde la caída de la Unión Soviética.
Yegor Sviridov, un ingeniero de 28 años e hincha del Spartak de Moscú, murió el 6 de diciembre durante una pelea con un grupo de inmigrantes del Cáucaso del Norte, la región más conflictiva de Rusia.
Los sospechosos fueron detenidos, pero todos menos uno fueron liberados bajo fianza, lo que enfureció a los hinchas.
Cerca de 7.000 aficionados radicales y nacionalistas se reunieron para rendir memoria a Sviridov cerca de la Plaza Roja el 11 de diciembre y atacaron a varios de los transeúntes que parecían ser de las minorías no eslavas, así como a la policía.
Más de 30 personas resultaron heridas en los enfrentamientos, que duraron media hora.
Putin fue el martes a la tumba de Sviridov con un grupo de aficionados al fútbol de Moscú y el Cáucaso del Norte, diciéndoles que no deben dejarse provocar por los radicales.
"Los extremistas están tratando de infiltrarse en el movimiento de aficionados al fútbol. Lo están haciendo para su propio interés", dijo Putin. "Les pido que no permitan dejarse manipular por nadie", agregó.
La violencia y la frecuencia de los incidentes racistas contra los aficionados rusos han causado preocupación de cara a la seguridad durante la Copa del Mundo de 2018, que se celebrará en Rusia.
Algunos políticos y analistas rusos han dicho que el nacionalismo radical es la mayor amenaza que enfrenta Rusia, hogar de más de 160 grupos étnicos distintos.
Yegor Sviridov, un ingeniero de 28 años e hincha del Spartak de Moscú, murió el 6 de diciembre durante una pelea con un grupo de inmigrantes del Cáucaso del Norte, la región más conflictiva de Rusia.
Los sospechosos fueron detenidos, pero todos menos uno fueron liberados bajo fianza, lo que enfureció a los hinchas.
Cerca de 7.000 aficionados radicales y nacionalistas se reunieron para rendir memoria a Sviridov cerca de la Plaza Roja el 11 de diciembre y atacaron a varios de los transeúntes que parecían ser de las minorías no eslavas, así como a la policía.
Más de 30 personas resultaron heridas en los enfrentamientos, que duraron media hora.
Putin fue el martes a la tumba de Sviridov con un grupo de aficionados al fútbol de Moscú y el Cáucaso del Norte, diciéndoles que no deben dejarse provocar por los radicales.
"Los extremistas están tratando de infiltrarse en el movimiento de aficionados al fútbol. Lo están haciendo para su propio interés", dijo Putin. "Les pido que no permitan dejarse manipular por nadie", agregó.
La violencia y la frecuencia de los incidentes racistas contra los aficionados rusos han causado preocupación de cara a la seguridad durante la Copa del Mundo de 2018, que se celebrará en Rusia.
Algunos políticos y analistas rusos han dicho que el nacionalismo radical es la mayor amenaza que enfrenta Rusia, hogar de más de 160 grupos étnicos distintos.
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