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Sin embargo, no pasó absolutamente nada fuera de lo normal en la tribuna visitante. Al margen, claro, de algún inconveniente en el ingreso de los hinchas, que se amontonaron en los molinetes de Varela, la calle por la cual acceden los visitantes. Autoridades de la Policía Federal aseguraron que no se produjeron detenciones.
Lo cierto es que, a simple vista, en la popular destinada a los hinchas de Boca hubo unos cuantos más que los 4.500 que habilitó San Lorenzo. La tribuna visitante tiene capacidad para 6 mil personas. Y estaba completa.
Había más gente que las entradas que entregó su anfitrión, sin ninguna duda.
Las fuerzas de seguridad se habían preocupado por tener aceitado el operativo. Es que, durante la semana, además de preveer que podía haber incidentes por la interna de la barra de Boca, habían recibido datos de inteligencia. Y se registraron amenazas entre los jefes de las hinchadas de ambos equipos. Finalmente, no ocurrió ningún incidente.
El uruguayo Richard continúa internado en el hospital Rivadavia, adonde llegó el viernes. Laluz Fernández recibió dos disparos en el torso cuando se acercó a la mesa que Rafa Di Zeo compartía con su hermano Fernando y una decena de barras en Cocodrilo, la disco ubicada en Gallo al 1300.
Sin mediar palabra, Polilla le gatilló en el pecho. El uruguayo fue aliado de Rafa hasta que Di Zeo cayó preso. Entonces, se agrupó con Mauro Martín, nuevo líder de La Doce . Duró poco esta junta. Richard siempre quiso personalizar el poder de una barra en la que son muy fuertes los intereses económicos. Ayer no hubo incidentes. Pero hay estado de alerta.
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