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Ese relato, sin embargo, no incluía los gestos obscenos que el diputado dedicó a los ultras, ni la actitud desafiante que mostró con un policía, según recogieron los agentes en una nota informativa. El 20 de abril, alrededor de las ocho de la tarde, la Unidad de Intervención Policial (UIP) escoltaba a un centenar de miembros de la peña radical Ultras Sur hasta el estadio de Mestalla, en Valencia, donde se iba a celebrar la final entre el Real Madrid y el Barcelona. En un momento dado, los ultras comenzaron a insultar a un grupo de personas ataviadas con parafernalia del Barça. Los agentes establecieron un cordón en torno a ellos y otro alrededor de los radicales. El oficial al frente del dispositivo no reconoció al político que, protegido por la Policía, sonrió mientras mostraba el dedo corazón a los ultras en repetidas ocasiones e hizo con los dedos la señal de los cuernos, según relatan a Público fuentes conocedoras del informe policial.
El oficial al mando recriminó a Duran i Lleida su actitud porque estaba exacerbando aún más el ánimo de los ultras. De hecho, los agentes tuvieron que utilizar sus defensas contra algunos de los radicales. El oficial, sin saber a quién se dirigía, preguntó al hombre si no le daba vergüenza actuar así a su edad, más aún en presencia de los menores que lo acompañaban, dos sobrinos del diputado. Pero lejos de obedecer a la Policía, Duran i Lleida siguió dedicando los mismos gestos obscenos a los ultras. Incluso se envalentonó con el agente advirtiéndole de que no le chillara.
Contra la Ley del Deporte
Un incidente así no suele motivar una nota informativa, pero al revelarse la identidad del protagonista de los hechos, los mandos policiales ordenaron su redacción. El oficial dice que Duran i Lleida pudo incurrir en una infracción administrativa sancionada por la Ley del Deporte, pero que descartó proceder a su identificación porque la prioridad era trasladar a los aficionados radicales sin que se produjeran incidentes graves. En el documento no se recoge ninguna agresión a acompañante alguno del portavoz de CiU, como aseguró Unió.
Los hechos fueron dados a conocer al día siguiente por el vicepresidente de Relaciones Internacionales del Barça,Carles Vilarrubí. "Fue una experiencia muy desagradable [...]. Llegó muy disgustado", explicó Vilarrubí a RAC1. La noticia motivó que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, telefoneara al político pidiéndole disculpas por los hechos en nombre de toda la afición madridista.
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