Sudán es uno de los países más pobres de África, por lo que los sudaneses, muy a su pesar, son pobres entre los pobres. Con una guerra civil que continúa abierta y que ha provocado una hambruna sin igual en Sudán del Sur, el fútbol intenta hacerse paso entre tanta tragedia aunque, curiosamente, ha sido la categoría femenina la que ha conseguido su último gran éxito. Cuando el nuevo gobierno derrocó al militar Omar al-Bashir, que durante 30 años aplicó la ley islámica, se impulsó una liga para ellas con la intención de crecer en lo que a libertades de la mujer se refiere. Eso captó la atención de la prensa internacional, una alegría entre tanto pesar sudanés.
Pero el que nos ocupa hoy es un hecho deleznable, tanto que, aunque no tuvo la relevancia merecida, seguramente por ocurrir en este país, sí que provocó el rechazo internacional. Es más, los jugadores de uno de los equipos implicados recriminaron a sus propios ultras que fueran ‘animados’ de esa manera.
Nos marchamos al 25 de noviembre de 2017. En el estadio Al-Hilal se enfrentaban el Al-Hilal Omdurmán, uno de los clubes históricos del país, campeón de 31 ligas y que llegó a ser semifinalista de la Copa de África de clubes en dos ocasiones y finalista de la Liga de Campeones Árabe en una oportunidad, y el Al-Merreikh Omdurmán, el otro equipo de la ciudad de Omdurmán y campeón del torneo doméstico 21 veces. No hay un duelo más pasional en Sudán, por lo que lo que puede verse en sus enfrentamientos, en muchas ocasiones, va más allá de lo meramente deportivo.
Cuando iba a comenzar la segunda parte, los Ultras Lions del Al-Hilal Omdurmán desplegaron una enorme pancarta mientras encendían decenas de bengalas. En la misma, podía verse la cara de Adolf Hitler acompañada de un mensaje claro y lamentable: Holocausto. Incomprensiblemente, nadie hizo nada ante esta situación. Árbitros y fuerzas del orden siguieron como si tal cosa ante la atónita mirada de los jugadores visitantes que, estupefactos, parecían no entender lo que ocurría. Por suerte, fueron los propios futbolistas del Al-Hilal los que se dirigieron a sus hinchas. Fue en ese momento cuando militares que custodiaban esa zona del estadio hicieron lo propio pero, lo cierto, es que, si no llega a ser por la iniciativa de los jugadores, la pancarta habría seguido expuesta.
Un portavoz de los Blue Lions dijo que se trataba de “una broma”, luego, al ver lo sucedido, el revuelo formado, cuando incluso la FIFA pidió explicaciones o cuando FARE (Football Against Racism in Europe) anunció una investigación, indicó que era “solo una forma de provocar a su rival” porque, y ahí llega otro giro terrible, aquella pancarta no era casualidad. El Al-Merreikh representa a un distrito de la ciudad en el que, históricamente, siempre existió una pequeña comunidad judía. El club tuvo algo de vinculación a ese pasado, nunca tanto como entidades como Ajax o Tottenham, por lo que los ultras locales pensaron que era una buena idea mostrar un tifo en referencia a Hitler o el nazismo (nunca antes ni después en una grada africana se ha visto una alusión a esta ideología), para apoyar a los suyos. El Al Hilal ganó 2-0 en un partido que resultó decisivo para conquistar la liga, mientras que la directiva impuso una multa de 8.000 dólares al grupo, impidiéndoles entrar al estadio al primer encuentro de la siguiente temporada. Incluso un portavoz del club, Hassan Ali Issa, señaló que era “una verdadera vergüenza” haciendo responsables a las fuerzas de seguridad y militares que pasaron por alto en los controles la pancarta, pero lo cierto es que solo unas horas más tarde el propio Al-Hilal Omdurmán colgó en su cuenta oficial de Facebook aquel terrible tifo.
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