En el Ayuntamiento del municipio madrileño de Alcorcón ha saltado la polémica. El líder de la marca de Podemos en la localidad, Ganar Alcorcón, tiene una relación muy estrecha con grupos de violencia radical aficionados al equipo de fútbol local. Jesús Santos aparece en unas imágenes acompañado de otros hinchas de la ADA (Agrupación Deportiva Alcorcón), unos hooligans que se hacen llamar «Petakahools» o la «Sección Petaka».
Los «Petakahools» lucen en su escudo elementos que ensalzan la violencia, símbolos como martillos e incluso puños americanos. Tal como señalan en el PP, «son jóvenes de extrema izquierda radical y varios miembros del grupo tienen prohibida la entrada al campo por violencia y multas de hasta 60.000 euros». Algunos tienen antecedentes por delitos como tráfico de drogas, robos con fuerza, desorden público, amenazas, riñas tumultuarias y otros.
El alcalde David Pérez, del Partido Popular, considera «muy grave» la relación del líder podemita de la localidad con los grupos radicales. Afirma que «una vez que se ha tenido conocimiento de que pertenece, participa, colabora, apoya o simpatiza, sea cual sea su grado de relación con un grupo extremista, que se autodenomina hooligan y que tiene en su emblema un puño americano, que incita a la violencia, entendemos que tiene que dimitir de manera inmediata».
Llama la atención que la «Sección Petaka» también incorpora los mensajes clásicos de las marcas blancas de Podemos como el conocido «¡Sí se puede!».
El implicado, Jesús Santos, se ha limitado a retar al alcalde a que lo denuncie ante los tribunales si tiene pruebas de que él haya participado en algún tipo de altercado violento o ilegal. «Corresponde a una cortina de humo para no hablar de su gestión», ha alegado Santos, quien también ha deslizado que el edil popular, por su parte, tiene muchas fotos con el encarcelado Francisco Granados.
Retórica amenazante en redes sociales
Como muestra de la forma de actuar de este grupo de acción radical, he aquí una serie de tuits. En ellos se ve cómo para sus acciones prefieren ocultar sus rostros. Desde el anonimato –lo que impide identificar al concejal de Podemos–, hacen uso de una retórica amenazante, encienden bengalas o y presumen de cómo la policía les acordona para evitar males mayores. Además no dudan en burlarse de los agentes policiales.
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