El Atlético de Madrid perdió ayer por 3-2 en su propio campo ante el Celta de Vigo y los hinchas increparon a sus dirigentes y pidieron el despido del técnico mexicano Javier Aguirre. Y en el campo del Betis sucedió algo parecido tras la derrota por 5-0 ante el Osasuna.
El Atlético de Madrid descendió a la séptima posición a una jornada del final de la Liga española, fuera de los puestos que permiten la clasificación para la Copa de la UEFA, el objetivo del club para esta temporada.
Los hinchas atléticos increparon al palco y pidieron a gritos el despido de Aguirre. Y luego esperaron la salida del presidente, Enrique Cerezo, con ánimo de agredirle. Pero las fuerzas de seguridad impidieron más altercados.
Por otro lado, un grupo de aficionados violentos arrancó asientos del estadio Ruiz de Lopera, en Sevilla, y los arrojaron al césped tras la goleada que el Betis encajó ante Osasuna, que deja al equipo verdiblanco al borde del descenso.
Decenas de policías tomaron posiciones en el terreno de juego, lo que intimidó a los violentos, quienes trataron de arrancar también la red de la portería del fondo norte.
La policía también protegió el palco de la ira de los aficionados, aunque en esta zona del estadio, la de Preferencia, no se produjo incidente alguno.
En las puertas del estadio numerosos aficionados gritaron consignas contra Manuel Ruiz de Lopera, el presidente del club sevillano, y pidieron su dimisión.
El Atlético de Madrid descendió a la séptima posición a una jornada del final de la Liga española, fuera de los puestos que permiten la clasificación para la Copa de la UEFA, el objetivo del club para esta temporada.
Los hinchas atléticos increparon al palco y pidieron a gritos el despido de Aguirre. Y luego esperaron la salida del presidente, Enrique Cerezo, con ánimo de agredirle. Pero las fuerzas de seguridad impidieron más altercados.
Por otro lado, un grupo de aficionados violentos arrancó asientos del estadio Ruiz de Lopera, en Sevilla, y los arrojaron al césped tras la goleada que el Betis encajó ante Osasuna, que deja al equipo verdiblanco al borde del descenso.
Decenas de policías tomaron posiciones en el terreno de juego, lo que intimidó a los violentos, quienes trataron de arrancar también la red de la portería del fondo norte.
La policía también protegió el palco de la ira de los aficionados, aunque en esta zona del estadio, la de Preferencia, no se produjo incidente alguno.
En las puertas del estadio numerosos aficionados gritaron consignas contra Manuel Ruiz de Lopera, el presidente del club sevillano, y pidieron su dimisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario