El Obelisco volvió a convertirse esta noche en la cita obligada de una celebración deportiva en Buenos Aires, como un gigantesco brazo extendido de los festejos que compartieron en Porto Alegre jugadores, dirigentes e hinchas boquenses por la obtención de la sexta Copa libertadores de su historia. Apenas finalizada la final ante Gremio y pese a la rigurosidad del clima que imperó durante todo el día en Buenos Aires, los hinchas de Boca gritaron y festejaron, como enhebrando un arco invisible con Porto Alegre. Y mientras en la ciudad brasileña un grupo de poco más de 2.000 'xeneizes' abigarrados en la tribuna del imponente Olímpico Monumental celebraba sin parar pese al hostigamiento de los aficionados locales, en Buenos Aires cerca de mil hinchas hacían sonar bocinas y levantaban los "trapos auriazules" que tantas veces mostraron en la Bombonera o en otras canchas del país. En tanto, en Porto Alegre la celebración se extendía desde los jugadores también a los dirigentes, aunque dentro de ese clima festivo el que no estaba totalmente feliz era el vicepresidente Pedro Pompilio. "La verdad que me voy un poco triste en medio de esta felicidad generalizada. Porque yo amo este país y los brasileños nos trataron muy mal. Agredieron a nuestros hinchas y nos faltaron el respeto", se quejó el actual presidente en ejercicio boquense. Mientras que el titular en uso de licencia, Mauricio Macri, desde Buenos Aires recordó que "esta Copa Libertadores se hizo muy complicada para Boca en todo su transcurso, pero por suerte se encaminó cuando hacía falta". Claro que la celebración no fue exclusiva de Buenos Aires y Porto Alegre, porque en Argentina se festejó hasta en los sitios más alejados como Jujuy, ya que bien al norte del país hubo marchas y caravanas como en el barrio de La Boca. Los simpatizantes boquenses ataviados con gorros, remeras y banderas 'xeneizes' se congregaron en el centro de San Salvador de Jujuy, en la tradicional esquina de Belgrano y Lavalle. E inclusive 300 kilómetros al norte de la capital, alrededor de cien hinchas se reunieron en la plaza de La Quiaca para manifestar su felicidad con petardos y bengalas que se observaron inclusive desde la fronteriza Villazón (Bolivia). Como siempre, como ocurre repetidamente en los últimos años, otra vez Boca convocó a los argentinos a celebrar, en Porto Alegre, en Buenos Aires, en Jujuy y donde late un corazón de sangre azul y oro, pero también celeste y blanca.
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