La afición del Olympique de Marsella, un hatajo de impresentables vándalos o un grupo de inocentes apaleados por la policía española, según quién cuente la película de los hechos del Vicente Calderón, se somete a examen esta noche en el PSV Stadium de Eindhoven. La policía holandesa, avisada, intentará evitar cualquier incidente aplicando estrictas medidas de seguridad. A distancia, la UEFA teme que nuevos altercados protagonizados por los marselleses dejen en mal lugar su decisión de cerrar el Calderón.
Se calcula que unos 5.000 aficionados del Olympique viajen a Eindhoven para apoyar a su equipo esta noche ante el PSV en un partido cuyo interés deportivo, por otra parte, es más bien nulo: Liverpool y Atlético de Madrid han tomado tanta ventaja tras los dos primeras jornadas que franceses y holandeses ostentan de forma merecida el título de cenicientas del grupo D.
Si llama la atención el PSV-Olympique es, precisamente, por los sucesos acaecidos hace unas semanas en el Calderón con los seguidores del OM y la policía española y que la UEFA zanjó con una polémica sanción de dos partidos de cierre del estadio colchonero. La tesis del Atlético de Madrid, la policía española, las autoridades del país y el fútbol nacional en general, es que los culpables de los altercados fueron los mismos seguidores que hoy estarán en Eindhoven.
La policía holandesa ha tomado medidas por si acaso se repiten los hechos de Madrid. Hay un peligro añadido: un amplio sector de la afición local, la del PSV, tiene fama de ser más bien caliente y las autoridades quieren evitar como sea que entren en contacto con los seguidores del equipo rival.
Y tanto como la policía holandesa, la UEFA reza para que no suceda nada con los seguidores del Olympique, porque eso desmontaría su teoría de que la culpa de lo sucedido en Madrid fue de la policía española y del Atlético.
Se calcula que unos 5.000 aficionados del Olympique viajen a Eindhoven para apoyar a su equipo esta noche ante el PSV en un partido cuyo interés deportivo, por otra parte, es más bien nulo: Liverpool y Atlético de Madrid han tomado tanta ventaja tras los dos primeras jornadas que franceses y holandeses ostentan de forma merecida el título de cenicientas del grupo D.
Si llama la atención el PSV-Olympique es, precisamente, por los sucesos acaecidos hace unas semanas en el Calderón con los seguidores del OM y la policía española y que la UEFA zanjó con una polémica sanción de dos partidos de cierre del estadio colchonero. La tesis del Atlético de Madrid, la policía española, las autoridades del país y el fútbol nacional en general, es que los culpables de los altercados fueron los mismos seguidores que hoy estarán en Eindhoven.
La policía holandesa ha tomado medidas por si acaso se repiten los hechos de Madrid. Hay un peligro añadido: un amplio sector de la afición local, la del PSV, tiene fama de ser más bien caliente y las autoridades quieren evitar como sea que entren en contacto con los seguidores del equipo rival.
Y tanto como la policía holandesa, la UEFA reza para que no suceda nada con los seguidores del Olympique, porque eso desmontaría su teoría de que la culpa de lo sucedido en Madrid fue de la policía española y del Atlético.
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