El encuentro de ayer ante el Betis dejó graves incidentes antes, durante y después del partido que se saldaron con cuatro policías nacionales y un seguidor bético heridos, varios aficionados rojillos contusionados, un par de contenedores volcados, un coche de policía municipal destrozado y el autobús de los hinchas del equipo visitante apedreado.
Los incidentes comenzaron alrededor de las seis de la tarde con la llegada de los primeros aficionados béticos a Pamplona. Un altercado entre seguidores visitantes y locales finalizó con un seguidor del Betis de 23 años herido. El joven necesitó cinco puntos de sutura en el mentón. En esos mismos incidentes también resultó herido un policía nacional.
Antes de la entrada al campo un seguidor fue identificado por llevar una bengala y otro por intentar acceder al campo con un arma blanca al campo, según informaron fuentes policiales.
Después del partido
Sin embargo, lo más grave llegó después del encuentro. Dos aficionados que se encontraban viendo el partido en el fondo sur del estadio fueron identificados por las cámaras durante el encuentro por mantener actitudes que incitaban a la violencia, según explicaron fuentes policiales. A la conclusión del choque la policía esperó a que esos dos aficionados saliesen del Reyno para identificarles en los bajos del estadio.
Al proceder a la identificación, algunos de los seguidores que abandonaban el campo y presenciaron la escena reaccionaron con gritos de "policía asesina" y el lanzamiento de alguna botella, según comentaron testigos presenciales. Los agentes se refugiaron en el interior del estadio y un grupo numeroso de seguidores comenzaron a lanzar piedras y botellas contra las puertas. Se volcaron dos contenedores junto al Bodegón del Sadar que sirvieron como improvisada munición.
Los incidentes se localizaron en un primer momento entre el fondo sur y la calle Sadar, por lo que mucha gente vio lo ocurrido mientras se dirigía a por su coche al aparcamiento del Sadarcillo.
Las escenas de pánico se sucedieron en los alrededores del parking cuando la gente que abandonaba el campo escuchó algunos disparos al aire y pelotazos de la policía, que intentaba disolver a los seguidores congregados a las puertas del fondo, según informaron testigos presenciales.
El enfrentamiento directo dejó a tres policías nacionales heridos que tuvieron que ser atendidos después del encuentro en un centro hospitalario. Uno de ellos recibió el impacto de una piedra de grandes dimensiones en el pie que le provocó importantes daños.
Los incidentes se fueron extendiendo a lo largo de la calle Sadar y llegaron hasta la otra esquina, la de fondo norte, donde se encuentra el restaurante el Txoko. El responsable del establecimiento decidió entonces bajar la persiana y mantener a la gente dentro para evitar mayores problemas.
Un seguidor de Osasuna que se encontraba en la zona se quejó de haber recibido un pelotazo en las piernas. Según testigos presenciales la policía se había dirigido al aficionado para que abandonase la zona.
Alrededor de media hora después del encuentro el grupo de seguidores que se enfrentó a la policía comenzó a dispersarse y volvió la tranquilidad.
Durante los incidentes un coche de agentes de Policía Muncipal que se encontraba aparcado en los alrededores sufrió importantes daños. Los agentes se encontraban dirigiendo el tráfico y los radicales aprovecharon para reventar la luna del copiloto y dañar una de las puertas. También fue apedreado el autobús que trasladó a un grupo de seguidores béticos y que fue aparcado junto al centro comercial Leclerc.
Antes de la entrada al campo un seguidor fue identificado por llevar una bengala y otro por intentar acceder al campo con un arma blanca al campo, según informaron fuentes policiales.
Después del partido
Sin embargo, lo más grave llegó después del encuentro. Dos aficionados que se encontraban viendo el partido en el fondo sur del estadio fueron identificados por las cámaras durante el encuentro por mantener actitudes que incitaban a la violencia, según explicaron fuentes policiales. A la conclusión del choque la policía esperó a que esos dos aficionados saliesen del Reyno para identificarles en los bajos del estadio.
Al proceder a la identificación, algunos de los seguidores que abandonaban el campo y presenciaron la escena reaccionaron con gritos de "policía asesina" y el lanzamiento de alguna botella, según comentaron testigos presenciales. Los agentes se refugiaron en el interior del estadio y un grupo numeroso de seguidores comenzaron a lanzar piedras y botellas contra las puertas. Se volcaron dos contenedores junto al Bodegón del Sadar que sirvieron como improvisada munición.
Los incidentes se localizaron en un primer momento entre el fondo sur y la calle Sadar, por lo que mucha gente vio lo ocurrido mientras se dirigía a por su coche al aparcamiento del Sadarcillo.
Las escenas de pánico se sucedieron en los alrededores del parking cuando la gente que abandonaba el campo escuchó algunos disparos al aire y pelotazos de la policía, que intentaba disolver a los seguidores congregados a las puertas del fondo, según informaron testigos presenciales.
El enfrentamiento directo dejó a tres policías nacionales heridos que tuvieron que ser atendidos después del encuentro en un centro hospitalario. Uno de ellos recibió el impacto de una piedra de grandes dimensiones en el pie que le provocó importantes daños.
Los incidentes se fueron extendiendo a lo largo de la calle Sadar y llegaron hasta la otra esquina, la de fondo norte, donde se encuentra el restaurante el Txoko. El responsable del establecimiento decidió entonces bajar la persiana y mantener a la gente dentro para evitar mayores problemas.
Un seguidor de Osasuna que se encontraba en la zona se quejó de haber recibido un pelotazo en las piernas. Según testigos presenciales la policía se había dirigido al aficionado para que abandonase la zona.
Alrededor de media hora después del encuentro el grupo de seguidores que se enfrentó a la policía comenzó a dispersarse y volvió la tranquilidad.
Durante los incidentes un coche de agentes de Policía Muncipal que se encontraba aparcado en los alrededores sufrió importantes daños. Los agentes se encontraban dirigiendo el tráfico y los radicales aprovecharon para reventar la luna del copiloto y dañar una de las puertas. También fue apedreado el autobús que trasladó a un grupo de seguidores béticos y que fue aparcado junto al centro comercial Leclerc.
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