Los españoles que viven en Marsella han seguido la evolución de lo sucedido en el Vicente Calderón el pasado día 1 más allá de que les guste o no el fútbol. Lo que ellos no pueden ocultar es que en esta ciudad el OM es mucho más que un simple club de fútbol. Como dice Jean, un camarero abonado del equipo, "el fútbol es nuestra religión y Zidane nuestro Dios". Por supuesto en el Consulado español no se está al margen de la situación y en ausencia del Cónsul, José Javier Suárez Cardona, el canciller, Pedro Martínez, que lleva poco más de un mes en este cargo, atendió a los enviados especiales de AS y no tuvo inconveniente de recordar cómo ha vivido los acontecimientos. "Los primeros días hubo tensión. Yo creo que el principal problema que existe actualmente es que el aficionado Santos Mirasierra sigue en prisión. Esto es lo que no perdonan los ultras. Hasta 48 horas después de lo sucedido en Madrid recibimos varias amenazas de muerte, de bomba. Llamadas todas anónimas que pusimos en conocimiento de la Policía francesa. También nos llamó la hermana del detenido. Al principio sus palabras fueron duras, pero después entendió que nosotros, como Gobierno, no podemos hacer nada porque el caso está en manos de un juez".
Todo bajo control.
A sus 57 años y después de una dilatada carrera, Pedro Martínez, aficionado del Valladolid y que ya sabe lo que es ver un partido en el Velodrome junto al cónsul, no siente nada raro a su alrededor. "No creo que haya animadversión hacia los españoles por lo que está pasando. Por la calle no nos dicen nada y no he tenido ninguna queja de los que viven aquí. Tenemos censados 14.000, pero hay más. Creo que en cuanto quede en libertad el aficionado, todo se calmará, pero si tuviera que aconsejar a los aficionados atléticos les diría que no vinieran al partido. Es por prevenir, nada más y porque yo soy un poquito cagón...".
Como muestra de que está preocupado pwor el caso, sobre su mesa se pueden ver informaciones de los periódicos locales que hablan al respecto y también reconoce tener conocimiento de una carta que el alcalde de Marsella envió al embajador español en París, Francisco Villar y Ortíz de Orbina. "Lo evidente es que la presión de los ultras por liberar a su compañero es la que mantiene la tensión en el caso".
Todo bajo control.
A sus 57 años y después de una dilatada carrera, Pedro Martínez, aficionado del Valladolid y que ya sabe lo que es ver un partido en el Velodrome junto al cónsul, no siente nada raro a su alrededor. "No creo que haya animadversión hacia los españoles por lo que está pasando. Por la calle no nos dicen nada y no he tenido ninguna queja de los que viven aquí. Tenemos censados 14.000, pero hay más. Creo que en cuanto quede en libertad el aficionado, todo se calmará, pero si tuviera que aconsejar a los aficionados atléticos les diría que no vinieran al partido. Es por prevenir, nada más y porque yo soy un poquito cagón...".
Como muestra de que está preocupado pwor el caso, sobre su mesa se pueden ver informaciones de los periódicos locales que hablan al respecto y también reconoce tener conocimiento de una carta que el alcalde de Marsella envió al embajador español en París, Francisco Villar y Ortíz de Orbina. "Lo evidente es que la presión de los ultras por liberar a su compañero es la que mantiene la tensión en el caso".
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