La Gendarmería de Bucarest ha tomado medidas legales contra 25 hinchas del Steaua, sospechosos de haber instigado y coordinado los actos violentos del pasado sábado en el estadio Ghencea de la capital, durante y después del partido Steaua-Timisoara (2-2) de la decimoquinta jornada de la Liga rumana.
En un comunicado publicado hoy, la Gendarmería informó de que durante los incidentes tres personas fueron hospitalizadas por heridas y desmayos.
Además, diez hinchas fueron sancionados con multas por un total de 1.300 euros y la prohibición de entrar a los estadios de fútbol durante un año.
Los incidentes ocurridos el sábado por la noche en Bucarest, presentados por las televisiones locales como "una verdadera guerra" entre los aficionados y las fuerzas del orden, pusieron en peligro la seguridad de los espectadores, denunció la Gendarmería.
Los actos violentos, calificados como ultrajes a los buenos modales y a la autoridad, provocaron daños materiales por vandalismo, incluida la destrucción de sillas y empalizadas en el estadio, y de automóviles en el recinto del Ghencea.
Los hinchas del Steaua se batieron con los agentes de la compañía privada de seguridad del estadio.
Aparentemente, expresaron así su descontento con el modo en que el dueño del Steaua, Gigi Becali, dirige al equipo rumano más popular, que se halla en crisis tras once partidos sin victoria y tras varios cambios sucesivos de entrenadores.
Los gendarmes añadieron que tuvieron que intervenir para frenar la violencia de los seguidores del Steaua que lanzaban hacia las fuerzas del orden antorchas, decenas de sillas rotas y otros objetos duros.
También desafiaron a las fuerzas del orden unas 200 personas evacuadas de las gradas, que salieron a la calle y devastaron los automóviles.
La Gendarmería precisó que tras el análisis de las imágenes vídeo tomadas durante y tras el partido de fútbol serán identificadas otras personas implicadas en los incidentes.
En un comunicado publicado hoy, la Gendarmería informó de que durante los incidentes tres personas fueron hospitalizadas por heridas y desmayos.
Además, diez hinchas fueron sancionados con multas por un total de 1.300 euros y la prohibición de entrar a los estadios de fútbol durante un año.
Los incidentes ocurridos el sábado por la noche en Bucarest, presentados por las televisiones locales como "una verdadera guerra" entre los aficionados y las fuerzas del orden, pusieron en peligro la seguridad de los espectadores, denunció la Gendarmería.
Los actos violentos, calificados como ultrajes a los buenos modales y a la autoridad, provocaron daños materiales por vandalismo, incluida la destrucción de sillas y empalizadas en el estadio, y de automóviles en el recinto del Ghencea.
Los hinchas del Steaua se batieron con los agentes de la compañía privada de seguridad del estadio.
Aparentemente, expresaron así su descontento con el modo en que el dueño del Steaua, Gigi Becali, dirige al equipo rumano más popular, que se halla en crisis tras once partidos sin victoria y tras varios cambios sucesivos de entrenadores.
Los gendarmes añadieron que tuvieron que intervenir para frenar la violencia de los seguidores del Steaua que lanzaban hacia las fuerzas del orden antorchas, decenas de sillas rotas y otros objetos duros.
También desafiaron a las fuerzas del orden unas 200 personas evacuadas de las gradas, que salieron a la calle y devastaron los automóviles.
La Gendarmería precisó que tras el análisis de las imágenes vídeo tomadas durante y tras el partido de fútbol serán identificadas otras personas implicadas en los incidentes.
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