Los jugadores de Estudiantes se enfrentaron con la policía, que reprimió a los hinchas visitantes.
Durante el partido hubo un cruce de insultos entre los hinchas locales y los visitantes, pero todo indicaba que el partido finalizaría tranquilamente. Aunque no fue así, ya que se desató un locura entre los jugadores de Estudiantes y la policía.
Todo parecía normal en el final del partido, por eso extrañó que los jugadores de Estudiantes, en lugar de dirigirse hacia el vestuario salieron desaforados hacia donde estaban sus hinchas.
Es que la policía de Mendoza “invitó” a los hinchas de Estudiantes (unos 50 simpatizantes) a salir de una manera nada tranquila y el motivo de la represión fue que había algunos simpatizantes visitantes que comenzaron a tirar piedras, una vez que pisaron la calle.
Por los que tiraban objetos ligaron los que quedaban dentro de la popular visitante, que eran familiares de los jugadores.
Esto fue lo que provocó la reacción de los futbolistas visitantes, en especial del arquero José Mancinelli, que fue el primero que se dirigió hacia el alambrado solicitando que la policía no le pegara a las personas que estaban en ese lugar ya que eran sus familiares.
Junto con Mancinelli, otros jugadores intentaron agredir a los policías (Casanovas arrancó el banderín del córner y se los lanzó a los oficiales) que estaban del otro lado del alambrado, esto provocó que los uniformados rociaran sobre la cara de algunos futbolistas el famoso gas pimienta.
Esto hizo que Mancinelli y otros jugadores intentaran treparse al alambrado, lo que le provocó un corte en la zona del oído izquierdo al portero y perdiera sangre.
Otros visitantes que sufrieron los efectos del gas fueron Mauro Buffali y Diego Mansilla, pero una vez en el vestuario aseguraron que no era nada grave, aunque sufrían los efectos de la irritación.
Final de locura fue lo que pasó una vez que el árbitro pitó el final del encuentro y que siguió en la zona de vestuarios, ya que varios plateístas de Guaymallén, en lugar de irse siguieron discutiendo con integrantes del cuerpo técnico visitante.
Una locura y una vergüenza.
Durante el partido hubo un cruce de insultos entre los hinchas locales y los visitantes, pero todo indicaba que el partido finalizaría tranquilamente. Aunque no fue así, ya que se desató un locura entre los jugadores de Estudiantes y la policía.
Todo parecía normal en el final del partido, por eso extrañó que los jugadores de Estudiantes, en lugar de dirigirse hacia el vestuario salieron desaforados hacia donde estaban sus hinchas.
Es que la policía de Mendoza “invitó” a los hinchas de Estudiantes (unos 50 simpatizantes) a salir de una manera nada tranquila y el motivo de la represión fue que había algunos simpatizantes visitantes que comenzaron a tirar piedras, una vez que pisaron la calle.
Por los que tiraban objetos ligaron los que quedaban dentro de la popular visitante, que eran familiares de los jugadores.
Esto fue lo que provocó la reacción de los futbolistas visitantes, en especial del arquero José Mancinelli, que fue el primero que se dirigió hacia el alambrado solicitando que la policía no le pegara a las personas que estaban en ese lugar ya que eran sus familiares.
Junto con Mancinelli, otros jugadores intentaron agredir a los policías (Casanovas arrancó el banderín del córner y se los lanzó a los oficiales) que estaban del otro lado del alambrado, esto provocó que los uniformados rociaran sobre la cara de algunos futbolistas el famoso gas pimienta.
Esto hizo que Mancinelli y otros jugadores intentaran treparse al alambrado, lo que le provocó un corte en la zona del oído izquierdo al portero y perdiera sangre.
Otros visitantes que sufrieron los efectos del gas fueron Mauro Buffali y Diego Mansilla, pero una vez en el vestuario aseguraron que no era nada grave, aunque sufrían los efectos de la irritación.
Final de locura fue lo que pasó una vez que el árbitro pitó el final del encuentro y que siguió en la zona de vestuarios, ya que varios plateístas de Guaymallén, en lugar de irse siguieron discutiendo con integrantes del cuerpo técnico visitante.
Una locura y una vergüenza.
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