La violencia en el fútbol ha alcanzado tal poder en América que Uruguay suspendió hace dos semanas su Liga, un centenar de heridos dejó el domingo en Perú la bronca de fanáticos por la eliminación de su equipo, y en Ecuador seis menores de edad y nueve adultos sufrieron lesiones en peleas de barras bravas.
Como si fuera poco, dos hinchas murieron en Argentina en apenas dos días. El primero a puñaladas en el estadio Colón de Santa Fe, el 22 de noviembre; y un día después un simpatizante de Huracán que quedó gravemente herido de bala por hinchas de San Lorenzo, hace exactamente un mes.
El asesinato del hincha de Huracán y el temor de que ese hecho provocara réplicas el sábado pasado, durante la visita del San Lorenzo al Parque de los Patricios, obligó a las autoridades a trasladar el partido a un escenario neutral, 'La Bombonera'.
La 'Casa Blancà, el estadio del campeón de la Copa Libertadores, la Liga de Quito, cerró por una jornada por culpa de los disturbios del 23 de noviembre que dejaron trece heridos, entre ellos un menor de edad que corre el riesgo de perder un brazo, así como lesiones al portero argentino Pablo Santillo, destrozos por unos 6.000 dólares y cinco fanáticos detenidos.
El gol, la manifestación sublime del fútbol, también perdió algo de poesía al ordenar hoy la fiscalía argentina una investigación para determinar si Juan Román Riquelme incitó a la violencia y afectó el espectáculo deportivo al gritar el domingo el segundo de sus tantos a un adolescente que, al parecer, lo había insultado.
Nada lírica y más peligrosa fue la bomba de humo que aficionados salvadoreños lanzaron ayer a la cancha donde se preparaban para jugar el Nejapa y el Luis Ángel Firpo en la decimoctava jornada de la Liga. El árbitro no dudó un instante y canceló el partido. El fútbol dejó de ser el asunto entre el Árabe Unido, de la ciudad de Colón, y el Chepo hace dos semanas, en el partido de las semifinales de la Liga panameña.
Los 'leones' colonenses ganaron al cabo de los noventa minutos pero la habilidad de sus titulares para liarse a golpes les costó varias suspensiones para el choque de las semifinales, que con dificultad ganaron ayer por 3-2 al Tauro. Así transcurrió un noviembre luctuoso, sangriento y polémico en el fútbol de América.
La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) mantuvo por segundo fin de semana la suspensión del Torneo Apertura mientras busca con el gobierno medidas que garanticen el desarrollo de la actividad sin violencia, explicó su presidente, José Luis Corbo.
La suspensión se decidió el 17 de noviembre pasado, a falta de cuatro jornadas para el fin del torneo, tras una batalla campal entre seguidores de Nacional y Danubio.
Sin respuestas claras para garantizar el bienestar de las personas que van al estadio, el presidente de la AUF admitió que "es mejor que el fútbol no regrese".
Entre las medidas que debaten las autoridades, especialmente con vistas a los partidos de 'alto riesgo' destacan el censo de hinchas, la imposición del 'derecho de admisión' a las canchas, según los antecedentes penales, y la instalación en los coliseos de detectores de metales, cámaras de vídeo, vallas de contención, así como la prohibición del ingreso a las tribunas de objetos contundentes.
Cien heridos en Perú
Al menos cien personas resultaron heridas, tres vehículos de la policía destrozados y cuantiosos daños durante los disturbios en un partido entre el Sport Huamanga y el Sport Huancayo correspondiente a la Copa Perú de ascenso a la Primera División jugado en la ciudad de Ayacucho, en el sur del país andino.
Los hinchas de Sport Huamanga arrojaron piedras y otros objetos a la cancha del estadio Cumaná en protesta por lo que consideraban el favoritismo del árbitro hacia el equipo de visita.
Sport Huamanga goleaba por 4-1, pero el resultado clasificaba al Sport Huancayo, ya que en el partido de ida había ganado por 3-0 y, según las reglas, el gol anotado de visita tiene doble valor.
La policía intentó dispersar con gases lacrimógenos a los espectadores, que rompieron las mallas de las tribunas e irrumpieron en la cancha en busca de los jugadores de Sport y del árbitro.
Quince personas, seis de ellas menores de edad y tres policías, sufrieron heridas leves durante enfrentamientos entre aficionados del Liga Deportiva Universitaria de Quito (LDUQ) y el Deportivo Quito en las afueras del estadio Olímpico de Atahualpa.
El incidente se produjo cinco días después de la suspensión de una jornada por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) del estadio 'Casa Blancà, del LDUQ.
Huracán y San Lorenzo debieron mudar el sábado a La Boca su clásico, que hace cien años enfrenta a los barrios bonaerenses vecino del Parque de los Patricios y Boedo.
¿La razón? Un simpatizante de Huracán, identificado como Rodrigo Silvera, resultó gravemente herido el 1 de noviembre en un enfrentamiento con 'ultras' de San Lorenzo y falleció el día 23.
El riesgo de nuevos enfrentamientos llevó a las autoridades a buscar un escenario neutral, el célebre estadio del Boca Juniors, pero ni el tiempo ha permitido la conclusión del clásico, que fue suspendido el sábado a los 16 minutos después que la lluvia inundara la cancha, y este martes debe continuar con dos tiempos de 37.
Las víctimas fatales de la violencia en el fútbol argentino son 180 en los últimos 69 años.
Como si fuera poco, dos hinchas murieron en Argentina en apenas dos días. El primero a puñaladas en el estadio Colón de Santa Fe, el 22 de noviembre; y un día después un simpatizante de Huracán que quedó gravemente herido de bala por hinchas de San Lorenzo, hace exactamente un mes.
El asesinato del hincha de Huracán y el temor de que ese hecho provocara réplicas el sábado pasado, durante la visita del San Lorenzo al Parque de los Patricios, obligó a las autoridades a trasladar el partido a un escenario neutral, 'La Bombonera'.
La 'Casa Blancà, el estadio del campeón de la Copa Libertadores, la Liga de Quito, cerró por una jornada por culpa de los disturbios del 23 de noviembre que dejaron trece heridos, entre ellos un menor de edad que corre el riesgo de perder un brazo, así como lesiones al portero argentino Pablo Santillo, destrozos por unos 6.000 dólares y cinco fanáticos detenidos.
El gol, la manifestación sublime del fútbol, también perdió algo de poesía al ordenar hoy la fiscalía argentina una investigación para determinar si Juan Román Riquelme incitó a la violencia y afectó el espectáculo deportivo al gritar el domingo el segundo de sus tantos a un adolescente que, al parecer, lo había insultado.
Nada lírica y más peligrosa fue la bomba de humo que aficionados salvadoreños lanzaron ayer a la cancha donde se preparaban para jugar el Nejapa y el Luis Ángel Firpo en la decimoctava jornada de la Liga. El árbitro no dudó un instante y canceló el partido. El fútbol dejó de ser el asunto entre el Árabe Unido, de la ciudad de Colón, y el Chepo hace dos semanas, en el partido de las semifinales de la Liga panameña.
Los 'leones' colonenses ganaron al cabo de los noventa minutos pero la habilidad de sus titulares para liarse a golpes les costó varias suspensiones para el choque de las semifinales, que con dificultad ganaron ayer por 3-2 al Tauro. Así transcurrió un noviembre luctuoso, sangriento y polémico en el fútbol de América.
La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) mantuvo por segundo fin de semana la suspensión del Torneo Apertura mientras busca con el gobierno medidas que garanticen el desarrollo de la actividad sin violencia, explicó su presidente, José Luis Corbo.
La suspensión se decidió el 17 de noviembre pasado, a falta de cuatro jornadas para el fin del torneo, tras una batalla campal entre seguidores de Nacional y Danubio.
Sin respuestas claras para garantizar el bienestar de las personas que van al estadio, el presidente de la AUF admitió que "es mejor que el fútbol no regrese".
Entre las medidas que debaten las autoridades, especialmente con vistas a los partidos de 'alto riesgo' destacan el censo de hinchas, la imposición del 'derecho de admisión' a las canchas, según los antecedentes penales, y la instalación en los coliseos de detectores de metales, cámaras de vídeo, vallas de contención, así como la prohibición del ingreso a las tribunas de objetos contundentes.
Cien heridos en Perú
Al menos cien personas resultaron heridas, tres vehículos de la policía destrozados y cuantiosos daños durante los disturbios en un partido entre el Sport Huamanga y el Sport Huancayo correspondiente a la Copa Perú de ascenso a la Primera División jugado en la ciudad de Ayacucho, en el sur del país andino.
Los hinchas de Sport Huamanga arrojaron piedras y otros objetos a la cancha del estadio Cumaná en protesta por lo que consideraban el favoritismo del árbitro hacia el equipo de visita.
Sport Huamanga goleaba por 4-1, pero el resultado clasificaba al Sport Huancayo, ya que en el partido de ida había ganado por 3-0 y, según las reglas, el gol anotado de visita tiene doble valor.
La policía intentó dispersar con gases lacrimógenos a los espectadores, que rompieron las mallas de las tribunas e irrumpieron en la cancha en busca de los jugadores de Sport y del árbitro.
Quince personas, seis de ellas menores de edad y tres policías, sufrieron heridas leves durante enfrentamientos entre aficionados del Liga Deportiva Universitaria de Quito (LDUQ) y el Deportivo Quito en las afueras del estadio Olímpico de Atahualpa.
El incidente se produjo cinco días después de la suspensión de una jornada por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) del estadio 'Casa Blancà, del LDUQ.
Huracán y San Lorenzo debieron mudar el sábado a La Boca su clásico, que hace cien años enfrenta a los barrios bonaerenses vecino del Parque de los Patricios y Boedo.
¿La razón? Un simpatizante de Huracán, identificado como Rodrigo Silvera, resultó gravemente herido el 1 de noviembre en un enfrentamiento con 'ultras' de San Lorenzo y falleció el día 23.
El riesgo de nuevos enfrentamientos llevó a las autoridades a buscar un escenario neutral, el célebre estadio del Boca Juniors, pero ni el tiempo ha permitido la conclusión del clásico, que fue suspendido el sábado a los 16 minutos después que la lluvia inundara la cancha, y este martes debe continuar con dos tiempos de 37.
Las víctimas fatales de la violencia en el fútbol argentino son 180 en los últimos 69 años.
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