El juicio contra Santos Mirasierra, el ultra del Olympique de Marsella detenido el uno de octubre en el estadio Vicente Calderón tras las incidentes en la grada, ha quedado visto para sentencia tras prestar declaración en el juzgado de los penal número 20 el imputado, dos policías nacionales, dos responsables de seguridad del club galo y más de diez testigos. [Vea las imágenes]
La sentencia se podría conocer en 48 horas. Los familiares de Mirasierra, acusado de desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones, han criticado duramente la justicia española al término del juicio.
Mirasierra, recibido con gritos de apoyo por familiares y amigos y que lleva ya más de dos meses en la prisión de Soto del Real, ha declarado que durante los incidentes trató de mediar con la Policía y ha admitido que empujó a un agente, pero para "proteger a una chica que tenía una herida en la cabeza". Además, Mirasierra ha negado varias veces que fuera quien lanzó una silla de la grada contra un agente de la policía en la bocana del vomitorio número 11, provocando una brecha en la cabeza del agente. "Yo no hice nada, sólo traté de hablar con la policía. No tiré la silla", ha afirmado Mirasierra.
El seguidor ultra del equipo francés ha desvelado que su grupo ultra pagó las entradas a más de una decena de aficionados españoles -muchos de ellos eran testigos hoy- y ha asegurado que cuando los 'stewards' -delegados de seguridad- trataron de retirar la pancarta donde aparecía una calavera trató de hablar con ellos. "Quería saber por qué la querían quitar. Decían que era racista, pero les dije que no lo era y me ofrecí a taparla con un trapo o una camiseta. Esa pancarta forma parte de nosotros".
Mirasierra, que ha asegurado que recibió varios golpes, ha negado que viera que se arrancaran sillas del estadio y también que hubiera ingerido alcohol. "Estaba nervioso", ha afirmado después de que el Ministerio Fiscal reprodujera un vídeo grabado por una televisión donde se observa con claridad como empuja a un agente de la policía y luego se encara a varios antidisturbios.
Otra cámara de seguridad muestra como Mirasierra se dirige en un momento de la algarda hacia la entrada de un vomitorio, desde donde se lanzaron sillas a los agentes. En su último alegato, Mirasierra ha insistido en su inocencia: "He dado toda mi vida y mucho dinero por seguir al Olympique por toda Europa. Soy un ultra, pero no un hooligan ni un violento".
'Noté un golpe en la cabeza y vi que me salía sangre'
El inspector 28180, que sufrió una brecha en su cabeza, ha declarado que él no vio al agresor pero sí uno de los policías a su orden: "De buenas a primeras noté un golpe en la cabeza y ví que me salía sangre, en ese momento un compañero me apartó y me dijo 'sé quién te ha lanzado la silla'". El agente ha declarado que acudió con sus hombres a la zona "porque estaban acosando a los vigilantes" y que ordenó su retirada más tarde ante la actitud violenta de los ultras franceses, que les "lanzaban objetos".
El inspector, al cargo de 70 agentes en la grada aquel día, ha precisado que no detuvieron a Mirasierra durante el transcurso del partido porque temía que si lo ordenaba "la grada se nos viniera encima", y ha señalado además que él no retiró la pancarta ni nunguno de sus hombres.
Por su parte, el agente 87524 -al que empujó Santos Mirasierra y le vio tirar la silla- ha asegurado que no distinguió que Santos le empujase por detrás. "Yo no ví a ninguna mujer. Noté un empujón por la espalda, me tiraron al suelo y me empezaron a dar patadas y puñetazos. Uno de ellos se agachó y me quitó el casco. Si no me llega a ayudar otro policía, caen a plomo sobre mi cabeza", ha asegurado el policía que destacado la "extrema violencia" de los aficionados.
"La primera vez que le veo es cuando lanzó la silla", ha indicado el agente sobre Mirasierra. El abogado de la defensa le ha recordado entonces que en su primera declaración sobre los incidentes afrimó que la silla era roja, cuando en las imágenes de las cámaras de seguridad del estadio se aprecia que era blanca. "No estaba seguro entonces porque se lanzaron sillas rojas y blancas", ha respondido el testigo, que ha ratificado hasta dos veces a Mirasierra como el ultra que la lanzó.
Los testigos amigos de Mirasierra, que dijeron conocer al ultra galo por un toreno contra el racismo al que suelen acudir en Italia, han negado por su parte que Mirasierra agrediera a ningún agente. "No le vi ningún comportamiento violento", ha declarado Daniel Varas, que fue detenido hace una semana por hacer pintadas en el Vicente Calderón pidiendo la liberación de Mirasierra.
Ocho años de prisión
La fiscalía pide ocho años de cárcel para Mirasierra, cuatro de ellos por un delito de desórdenes públicos y otros cuatro por un atentado contra agentes de la autoridad, con un delito añadido de lesiones. Pide, asimismo, que se imponga al acusado la prohibición de entrar en los estadios de fútbol por un periodo de tres años, así como una multa de 1.200 euros.
Erlantz Ibarrondo, el letrado de Mirasierra, opinó que "han quedado acreditadas las contradicciones en las declaraciones de la policía, que es en lo que se sustenta la acusación". Ibarrondo considera que como mucho podría ser condenado a poco más de un año y un mes sumando todos los delitos. "No se ha podido acreditar que él (Mirasierra) haya participado en los desórdenes públicos", añadió.
Por su parte, la hermana del ultra francés, Lucille Mirasierra, ha criticado duramente a la Justicia española. "No confío en ella. El abogado (fiscal) se estaba durmiendo y la traductora no lo hacía bien. No traducía algunas palabras", ha afirmado. Inés, prima del hincha, ha defendido a su primo. "Nos quieren hacer ver que mi primo montó todo lo que pasó. Está pagando por tirar una silla a un policía, pero él no lo hizo", aseguró.
La prima del acusado considera excesiva la pena de ocho años solicitada por el fiscal, cuatro por agresión y otros cuatro por desorden público. "En las imágenes se ve cómo Santos empuja a un policía, pero sólo después de dos cargas policiales. Sólo se ve eso, habría que revisar la secuencia completa", añadió.
El altercado en el Calderón se saldó con el cierre por un encuentro del Vicente Calderón -finalmente disputó a puerta cerrada el cruce ante el PSV- y una multa al club español de 150.000 euros por desajustes en las medidas de seguridad del estadio.
El Atlético visitará el próximo martes, bajo amenaza de muerte, el estadio Velodrome de Marsella. El presidente del club madrileño, Enrique Cerezo, no se cansa de recomendar a los aficionados que eviten riesgos inútiles y se queden en casa, cómodos en el sofá, delante de la tele.
La sentencia se podría conocer en 48 horas. Los familiares de Mirasierra, acusado de desórdenes públicos, atentado a la autoridad y lesiones, han criticado duramente la justicia española al término del juicio.
Mirasierra, recibido con gritos de apoyo por familiares y amigos y que lleva ya más de dos meses en la prisión de Soto del Real, ha declarado que durante los incidentes trató de mediar con la Policía y ha admitido que empujó a un agente, pero para "proteger a una chica que tenía una herida en la cabeza". Además, Mirasierra ha negado varias veces que fuera quien lanzó una silla de la grada contra un agente de la policía en la bocana del vomitorio número 11, provocando una brecha en la cabeza del agente. "Yo no hice nada, sólo traté de hablar con la policía. No tiré la silla", ha afirmado Mirasierra.
El seguidor ultra del equipo francés ha desvelado que su grupo ultra pagó las entradas a más de una decena de aficionados españoles -muchos de ellos eran testigos hoy- y ha asegurado que cuando los 'stewards' -delegados de seguridad- trataron de retirar la pancarta donde aparecía una calavera trató de hablar con ellos. "Quería saber por qué la querían quitar. Decían que era racista, pero les dije que no lo era y me ofrecí a taparla con un trapo o una camiseta. Esa pancarta forma parte de nosotros".
Mirasierra, que ha asegurado que recibió varios golpes, ha negado que viera que se arrancaran sillas del estadio y también que hubiera ingerido alcohol. "Estaba nervioso", ha afirmado después de que el Ministerio Fiscal reprodujera un vídeo grabado por una televisión donde se observa con claridad como empuja a un agente de la policía y luego se encara a varios antidisturbios.
Otra cámara de seguridad muestra como Mirasierra se dirige en un momento de la algarda hacia la entrada de un vomitorio, desde donde se lanzaron sillas a los agentes. En su último alegato, Mirasierra ha insistido en su inocencia: "He dado toda mi vida y mucho dinero por seguir al Olympique por toda Europa. Soy un ultra, pero no un hooligan ni un violento".
'Noté un golpe en la cabeza y vi que me salía sangre'
El inspector 28180, que sufrió una brecha en su cabeza, ha declarado que él no vio al agresor pero sí uno de los policías a su orden: "De buenas a primeras noté un golpe en la cabeza y ví que me salía sangre, en ese momento un compañero me apartó y me dijo 'sé quién te ha lanzado la silla'". El agente ha declarado que acudió con sus hombres a la zona "porque estaban acosando a los vigilantes" y que ordenó su retirada más tarde ante la actitud violenta de los ultras franceses, que les "lanzaban objetos".
El inspector, al cargo de 70 agentes en la grada aquel día, ha precisado que no detuvieron a Mirasierra durante el transcurso del partido porque temía que si lo ordenaba "la grada se nos viniera encima", y ha señalado además que él no retiró la pancarta ni nunguno de sus hombres.
Por su parte, el agente 87524 -al que empujó Santos Mirasierra y le vio tirar la silla- ha asegurado que no distinguió que Santos le empujase por detrás. "Yo no ví a ninguna mujer. Noté un empujón por la espalda, me tiraron al suelo y me empezaron a dar patadas y puñetazos. Uno de ellos se agachó y me quitó el casco. Si no me llega a ayudar otro policía, caen a plomo sobre mi cabeza", ha asegurado el policía que destacado la "extrema violencia" de los aficionados.
"La primera vez que le veo es cuando lanzó la silla", ha indicado el agente sobre Mirasierra. El abogado de la defensa le ha recordado entonces que en su primera declaración sobre los incidentes afrimó que la silla era roja, cuando en las imágenes de las cámaras de seguridad del estadio se aprecia que era blanca. "No estaba seguro entonces porque se lanzaron sillas rojas y blancas", ha respondido el testigo, que ha ratificado hasta dos veces a Mirasierra como el ultra que la lanzó.
Los testigos amigos de Mirasierra, que dijeron conocer al ultra galo por un toreno contra el racismo al que suelen acudir en Italia, han negado por su parte que Mirasierra agrediera a ningún agente. "No le vi ningún comportamiento violento", ha declarado Daniel Varas, que fue detenido hace una semana por hacer pintadas en el Vicente Calderón pidiendo la liberación de Mirasierra.
Ocho años de prisión
La fiscalía pide ocho años de cárcel para Mirasierra, cuatro de ellos por un delito de desórdenes públicos y otros cuatro por un atentado contra agentes de la autoridad, con un delito añadido de lesiones. Pide, asimismo, que se imponga al acusado la prohibición de entrar en los estadios de fútbol por un periodo de tres años, así como una multa de 1.200 euros.
Erlantz Ibarrondo, el letrado de Mirasierra, opinó que "han quedado acreditadas las contradicciones en las declaraciones de la policía, que es en lo que se sustenta la acusación". Ibarrondo considera que como mucho podría ser condenado a poco más de un año y un mes sumando todos los delitos. "No se ha podido acreditar que él (Mirasierra) haya participado en los desórdenes públicos", añadió.
Por su parte, la hermana del ultra francés, Lucille Mirasierra, ha criticado duramente a la Justicia española. "No confío en ella. El abogado (fiscal) se estaba durmiendo y la traductora no lo hacía bien. No traducía algunas palabras", ha afirmado. Inés, prima del hincha, ha defendido a su primo. "Nos quieren hacer ver que mi primo montó todo lo que pasó. Está pagando por tirar una silla a un policía, pero él no lo hizo", aseguró.
La prima del acusado considera excesiva la pena de ocho años solicitada por el fiscal, cuatro por agresión y otros cuatro por desorden público. "En las imágenes se ve cómo Santos empuja a un policía, pero sólo después de dos cargas policiales. Sólo se ve eso, habría que revisar la secuencia completa", añadió.
El altercado en el Calderón se saldó con el cierre por un encuentro del Vicente Calderón -finalmente disputó a puerta cerrada el cruce ante el PSV- y una multa al club español de 150.000 euros por desajustes en las medidas de seguridad del estadio.
El Atlético visitará el próximo martes, bajo amenaza de muerte, el estadio Velodrome de Marsella. El presidente del club madrileño, Enrique Cerezo, no se cansa de recomendar a los aficionados que eviten riesgos inútiles y se queden en casa, cómodos en el sofá, delante de la tele.
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