La ausencia de Mark James Crawford, inglés de 21 años, en el banquillo de los acusados no impidió ayer al Juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona celebrar el juicio contra él por daños en un bar de la capital navarra y atentado a agente de la autoridad durante unos incidentes en los que el joven habría participado minutos antes de que su equipo de fútbol, el Glasgow Rangers, se enfrentara a Osasuna en el partido de UEFA del 14 de marzo de 2007 en el Reyno de Navarra.
Y aunque ayer no se defendió de estas acusaciones, el magistrado, en presencia del abogado defensor del joven, consideró tener pruebas suficientes para dictar en el momento una sentencia condenatoria de un año de cárcel por el delito de atentado y 12 días de localización permanente por una falta de daños. El juez tuvo en cuenta las declaraciones "creíbles y verosímiles" de dos policías, que acababan de explicarle cómo el joven se resistió de forma "activa y grave", y "la identificación sin ningún género de dudas" que de él hizo el dueño del bar poco después de los incidentes. "Cogió una banqueta para lanzarla contra la televisión de plasma. Pero como le di una patada, la banqueta impactó contra la pared", relató ayer este testigo.
Una veintena de hinchas
En el juicio quedó acreditado que el condenado formaba parte de una veintena de hinchas del Glasgow que sobre las ocho de la tarde de aquel día se encontraba en el bar Rodeo, en la calle Aoiz. También, que "el grupo se empezó a desmadrar", en palabras del dueño del bar. "Gritaban y cantaban. Uno se puso desnudo encima de una mesa; otros golpearon con los vasos en las mesas, marcándolas; rompieron vasos; golpearon paredes, dejando algunas rajadas; tiraron sillas...". Además del incidente con la banqueta del que acusó a Mark James Crawford, el dueño del bar recordó cómo otro hincha cogió un extintor y lo vacío dentro del local.
Avisada la Policía Nacional, tres agentes se acercaron hasta el local, que los hinchas ya habían abandonado. "Dije a los policías que tenían que estar en algún bar cercano y les acompañé para identificarlos, pues me había quedado con las caras". En la calle Tajonar, a la altura de La Bolera, se toparon con el grupo. "Identifiqué a tres: al que tiró la banqueta, al que vació el extintor y al que se quedó desnudo". El dueño recordó que uno de ellos, "el que había tirado la banqueta", salió corriendo. El relato de la detención lo continuaron los policías. "Nos miró y nos lanzó una botella de cristal, y fuimos tras él". Al darle alcance por la espalda, el hincha comenzó a dar codazos contra los agentes, "forcejeando, revolviéndose de un lado a otro". Dos policías y él cayeron al suelo, donde el joven "lanzó patadas". "Nos costó reducirlo".
El abogado que ayer representaba al acusado recordó que su cliente negó las acusaciones en su declaración durante la fase de instrucción. Además, que había señalado la intervención de otras personas. Y sobre el encuentro con los policías, que "se alejó y se desprendió de la botella de cristal porque con ella podían relacionarle con el bar". Pero el juez sentenció. "No hay derecho a que vengan a armar follones y destrocen un local, con el perjuicio además que causa en el fútbol".
Y aunque ayer no se defendió de estas acusaciones, el magistrado, en presencia del abogado defensor del joven, consideró tener pruebas suficientes para dictar en el momento una sentencia condenatoria de un año de cárcel por el delito de atentado y 12 días de localización permanente por una falta de daños. El juez tuvo en cuenta las declaraciones "creíbles y verosímiles" de dos policías, que acababan de explicarle cómo el joven se resistió de forma "activa y grave", y "la identificación sin ningún género de dudas" que de él hizo el dueño del bar poco después de los incidentes. "Cogió una banqueta para lanzarla contra la televisión de plasma. Pero como le di una patada, la banqueta impactó contra la pared", relató ayer este testigo.
Una veintena de hinchas
En el juicio quedó acreditado que el condenado formaba parte de una veintena de hinchas del Glasgow que sobre las ocho de la tarde de aquel día se encontraba en el bar Rodeo, en la calle Aoiz. También, que "el grupo se empezó a desmadrar", en palabras del dueño del bar. "Gritaban y cantaban. Uno se puso desnudo encima de una mesa; otros golpearon con los vasos en las mesas, marcándolas; rompieron vasos; golpearon paredes, dejando algunas rajadas; tiraron sillas...". Además del incidente con la banqueta del que acusó a Mark James Crawford, el dueño del bar recordó cómo otro hincha cogió un extintor y lo vacío dentro del local.
Avisada la Policía Nacional, tres agentes se acercaron hasta el local, que los hinchas ya habían abandonado. "Dije a los policías que tenían que estar en algún bar cercano y les acompañé para identificarlos, pues me había quedado con las caras". En la calle Tajonar, a la altura de La Bolera, se toparon con el grupo. "Identifiqué a tres: al que tiró la banqueta, al que vació el extintor y al que se quedó desnudo". El dueño recordó que uno de ellos, "el que había tirado la banqueta", salió corriendo. El relato de la detención lo continuaron los policías. "Nos miró y nos lanzó una botella de cristal, y fuimos tras él". Al darle alcance por la espalda, el hincha comenzó a dar codazos contra los agentes, "forcejeando, revolviéndose de un lado a otro". Dos policías y él cayeron al suelo, donde el joven "lanzó patadas". "Nos costó reducirlo".
El abogado que ayer representaba al acusado recordó que su cliente negó las acusaciones en su declaración durante la fase de instrucción. Además, que había señalado la intervención de otras personas. Y sobre el encuentro con los policías, que "se alejó y se desprendió de la botella de cristal porque con ella podían relacionarle con el bar". Pero el juez sentenció. "No hay derecho a que vengan a armar follones y destrocen un local, con el perjuicio además que causa en el fútbol".
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